Los españoles que respiran aliviados por la no reducción de la jornada laboral y los que no

Las claves de la reducción de la jornada laboral. Telecinco
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La reducción de la jornada laboral, que no ha sido aprobada en el Congreso, supone un fracaso del Gobierno y de su valedora, Yolanda Díaz, muy dura con Junts por su voto en contra. Un contratiempo para la ilusión de conciliar y vivir mejor para 12,5 millones de trabajadores y un alivio para otros.

En una política anclada en el extremo, la realidad vista a pie de la calle adquiere tonos grises. Trabajar menos cobrando lo mismo puede sonar bien para muchos -los trabajadores-, pero no tanto para las pequeñas pymes, mayoría en España y para sectores clave como la hostelería. O para los mismos trabajadores a la hora de ver el precio de la cesta de la compra o el cierre de los negocios donde trabajan.

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El Gobierno no da por perdida la batalla, mientras que los sindicatos apuestan a un objetivo mayor: 32 horas semanales. El Ejecutivo dice que volverá a dar la batalla por reducir por ley la jornada de 40 horas semanales que está en vigor desde 1983 hasta las 37 horas y media, mientras que sectores que veían como un elemento crítico la reducción de la jornada aplauden que no haya salido adelante.

El pozo negro de las horas extra sin pagar

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Eso sin hablar de otra realidad. El reloj no siempre se ajusta a la hora de fichar la salida. De los 18 millones de asalariados que hay en España, casi 900.000 hacen horas extra y, según la Encuesta de Población Activa, el 42,6% no las cobra.

Informativos Telecinco ha querido testar sobre el terreno el impacto que habría tenido la medida, con sus detractores y los que la apoyan como elemento básico para conciliar.

En cuanto a los sectores, sería la hostelería, donde se trabajan 39,4 semanales y cuesta encontrar trabajadores-; el empleo doméstico (39,3 horas semanales), -cada vez más demandada en una sociedad envejecida-; el comercio, (39,1 horas semanales) y más que temeroso del impacto en los precios y una actividad agraria sin relevo, (39 horas semanales) donde la ley habría provocado un mayor impacto.

Si bien es cierto que muchas empresas ya han pactado jornadas más cortas, por debajo de las 40 horas, esta medida preocupaba a pequeñas y medianas empresas y a autónomos, que debían pagar lo mismo trabajando menos. Tendrían que pagar lo mismo por menos horas y eso afectaría a la productividad. Especialmente en sectores como la hostelería. Ainhoa Nicolau ha querido conocer sus impresiones in situ.

Para César reducir la jornada laboral a 37 horas y media supondría tener que contratar a 3 personas más en su bar San Eloy. Casi 6.000 euros más de gastos al mes. 70.000, en un año. Grandes números que se traducen en grandes pérdidas. No solo eso. Tendría que repercutirlo en el precio de la carta.

Para mí supondrían casi 6.000 euros más de gastos al mes. 70.000, en un año

Para la otra cara de la moneda, los trabajadores, los números son otros y la mayoría se muestra a favor. "Media hora menos, mientras el trabajo siga igual, a nadie le perjudica". Muchos de ellos señalan a la capacidad de conciliar, cada vez más complicado. "Sobre todo para los que tengan niños, que vean a sus familias", señalan.

Sería bueno sobre todo para los que tengan niños, que vean a sus familias

Acudimos a un supermercado, con 4 trabajadores y beneficios ajustados. Para ellos la única opción sería cerrar antes y no lo ven viable. Francisco Márquez, encargado del supermercado La Cesta lo tiene claro. "Menos horario, menos ventas".

Menos horario, menos ventas

En el campo el problema es la falta de relevo generacional. No hay trabajadores. Como señala Sergio Añón, agricultor "La gente de mi edad no quiere saber nada de la agricultura". A esto se suma que si la jornada baja, el precio del producto sube. "Van a ir al súper y van a ver la verdura más cara y no van a querer pagarla".

Van a ir al súper y van a ver la verdura más cara y no van a querer pagarla

De momento, alivio para muchos, el precio se mantendrá, y decepción para otros.

Pero la negociación no ha hecho más que empezar.