Bizum y tarjetas monedero para niños: edades, requisitos y cómo usarlas con seguridad

Los más jóvenes de la casa deben aprender a gestionar sus finanzas
Los más jóvenes de la casa deben aprender a gestionar sus finanzas. GETTY IMAGES
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MadridEn la actualidad resulta cada día más importante que los más pequeños de la casa tengan una educación financiera temprana, sobre todo a la hora de preparar a estos jóvenes para la gestión responsable de sus recursos económicos. Herramientas como Bizum y las tarjetas monedero se han convertido en aliados clave para introducir a los menores en el mundo financiero de manera segura y controlada. Repasamos sus detalles clave, como las edades recomendadas, requisitos y otros consejos de seguridad para su uso adecuado.

Bizum para menores: facilitando pagos móviles

Bizum es una plataforma de pagos móviles que permite realizar transferencias instantáneas entre particulares. Inicialmente diseñada para adultos, son varias las entidades bancarias que han adaptado este servicio para menores de edad, ofreciendo una oportunidad para que los jóvenes gestionen pequeñas transacciones bajo la supervisión de sus tutores legales.

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Generalmente, las entidades permiten el uso de Bizum a partir de los 12 o 14 años, dependiendo de la política interna de cada banco. Por ejemplo, BBVA ofrece este servicio desde los 14 años, mientras que CaixaBank lo habilita a partir de los 12 años a través de su aplicación imaginTeens.

En cualquier caso, es imprescindible que el menor disponga de una cuenta bancaria a su nombre, lo cual requiere la autorización y supervisión de sus padres o tutores legales. Además, la activación de Bizum para menores debe ser aprobada por los representantes legales a través de las plataformas digitales del banco correspondiente .

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En cuanto al funcionamiento de la plataforma, los menores pueden enviar y recibir dinero, pero con restricciones específicas. Por ejemplo, en CaixaBank, los pagos están limitados a un rango de 0,50 a 150 euros por operación, con un máximo diario de 150 euros y mensual de 450 euros .

A esto hay que añadir que los padres pueden monitorizar las transacciones realizadas por sus hijos y establecer límites personalizados según consideren adecuado.

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Tarjetas monedero para niños: control y autonomía financiera

Las tarjetas monedero o tarjetas prepago son instrumentos financieros que permiten cargar una cantidad específica de dinero, ofreciendo a los menores una forma segura de realizar pagos sin acceso a crédito. Este tipo de tarjetas son ideales para enseñar a los jóvenes a administrar un presupuesto fijo.

La edad para poder tener una tarjeta monedero varía en función de la entidad. Algunas, como Pixpay, permiten su uso desde los 10 años, mientras que otras, como Revolut <18, ofrecen cuentas para edades entre 6 y 17 años .

En este caso también resulta necesario que los padres o tutores legales soliciten y autoricen la emisión de la tarjeta. En algunas entidades se requiere la presentación de documentos de identidad tanto del menor como del representante legal para su concesión.

Este tipo de tarjetas permite que los padres puedan recargar la tarjeta con la cantidad que consideren adecuada, estableciendo así un límite de gasto claro para el menor. Además, algunas tarjetas permiten a los padres configurar restricciones sobre dónde y cómo puede usarse la tarjeta, ofreciendo una capa de control adicional sobre los hábitos de gasto de sus hijos.

A esto hay que añadir que muchas de estas tarjetas vienen acompañadas de aplicaciones móviles que permiten tanto a padres como a hijos monitorizar sus gastos, establecer objetivos de ahorro y recibir notificaciones en tiempo real sobre las transacciones realizadas.

Con todo esto, queda claro que la integración de herramientas digitales como Bizum y las tarjetas monedero en la educación financiera de los menores ofrece una oportunidad de gran valor para prepararles para una gestión responsable de sus finanzas. Con la supervisión y orientación adecuadas, estas herramientas no solo facilitan las transacciones diarias, sino que también inculcan hábitos financieros saludables que perdurarán en su vida adulta.