Comparativa de consumo entre vitrocerámica, gas y air fryer: ¿qué conviene más?

Placas de vitrocerámica
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MadridA la hora de cocinar en casa, no solo importan los ingredientes, el sabor o la rapidez: el consumo energético de los electrodomésticos se ha convertido en un factor clave, especialmente enmarcados en el contexto actual de incertidumbre energética. ¿Qué opción es más eficiente: la clásica cocina de gas, la vitrocerámica o las modernas freidoras de aire?

Cocina de gas: control y eficiencia económica

Las cocinas de gas siguen siendo la opción favorita para quienes buscan control inmediato sobre el calor. Una de sus principales ventajas es que permiten ajustar la llama de forma instantánea, lo que optimiza el uso de energía durante la cocción. Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), cocinar con gas sigue siendo, de media, un 30% más barato que hacerlo con electricidad.

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Otra ventaja es la versatilidad: no necesitas utensilios especiales, y la reposición de una cocina de gas es más económica que la de placas vitrocerámicas o de inducción. Eso sí, no hay que olvidar que el precio del gas puede fluctuar según el mercado y que su uso implica siempre un pequeño riesgo de fugas si no se mantienen los equipos adecuadamente.

Vitrocerámica: limpieza fácil, consumo elevado

La vitrocerámica, presente en muchísimos hogares españoles, ofrece una superficie lisa que facilita enormemente la limpieza. Sin embargo, en términos de consumo energético no sale tan bien parada. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), una placa vitrocerámica puede consumir entre 1,2 y 2,5 kWh por hora, dependiendo de la potencia y de cómo se use.

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Además, al tratarse de un sistema que primero calienta la placa y luego transmite el calor al recipiente, existe una pérdida de eficiencia energética frente a otros métodos de cocción. Eso sí, su mantenimiento es sencillo y tiene una vida útil considerable si se cuida bien.

Air fryer: rapidez y eficiencia energética

La freidora de aire o air fryer se ha consolidado como una de las grandes revoluciones en las cocinas domésticas. Su gran ventaja es que cocina los alimentos con aire caliente a alta velocidad, lo que reduce el tiempo de cocción de forma significativa.

Según un análisis de la OCU, preparar un pollo en una air fryer consume en torno a 0,54 kWh, frente a los 1,15 kWh que puede suponer cocinarlo en un horno eléctrico convencional. Esto se traduce en una reducción de más del 50% en el coste energético de una receta concreta.

Además, debido a su pequeño tamaño y rapidez, el gasto en electricidad es más controlado, aunque su capacidad es limitada: resulta ideal para preparar platos de tamaño pequeño o mediano, pero no para cocinar para una familia numerosa en una sola tanda.

Comparativa práctica: ¿qué opción es más barata?

En términos de eficiencia energética pura y dura:

  • Gas: más barato por unidad energética consumida.
  • Air fryer: más eficiente para cocinar rápidamente en pequeñas cantidades.
  • Vitrocerámica: cómoda pero menos eficiente y más costosa en la factura eléctrica.

La elección ideal dependerá del tipo de cocina que realices habitualmente. Si cocinas grandes cantidades y buscas rapidez y ahorro, una combinación de gas y air fryer puede ser perfecta. Si valoras sobre todo la limpieza y la estética de tu cocina, la vitrocerámica sigue siendo una opción válida, aunque debes ser consciente de su mayor coste energético.