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Seguros a todo riesgo para coches: letra pequeña que debes leer para evitar sorpresas y perder dinero

Conduciendo con el seguro de coche adecuado
Conduciendo con el seguro de coche adecuado. Pixabay
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Cuando contratamos un seguro a todo riesgo, lo habitual es pensar que estamos completamente cubiertos ante cualquier imprevisto. Pero la realidad dista mucho de esa idea. En España, este tipo de pólizas no siempre incluye tanto como podríamos llegar a creer, y la clave está en fijarse en los detalles, en esas cláusulas en letra pequeña que pueden hacer que, en el incómodo momento de sufrir un siniestro, la cobertura no sea la que esperábamos. Saber lo que realmente se cubre, y lo que no, puede evitar importantes disgustos, además de pérdidas económicas.

¿Qué cubre realmente un seguro a todo riesgo?

Los seguros a todo riesgo suelen incluir daños propios, robo, incendio, rotura de lunas y asistencia en carretera. Pero no cubren averías mecánicas, ni fallos eléctricos, aunque estos aparezcan tras un accidente. Así lo especifica Mapfre en su portal para clientes, donde advierte que “las averías mecánicas o de otra clase no están incluidas entre las garantías” salvo que se hayan contratado coberturas específicas adicionales.

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Además, los accesorios no sean de serie, como pueden ser las llantas, navegadores o sistemas de sonido instalados por el propietario, no están cubiertos automáticamente si no se han declarado de forma expresa en el contrato.

Los detalles de la letra pequeña en que debes fijarte en tu seguro a todo riesgo

Lo que realmente te pagan si tu coche es siniestro total

Una de las mayores sorpresas desagradables llega cuando el coche se declara siniestro total. En ese caso, la aseguradora no abona el valor de mercado, pero tampoco lo que te costó el coche, sino su valor venal. Se trata del precio estimado por el que podría venderse el vehículo en el mercado de ocasión antes del accidente. Este importe puede ser sensiblemente inferior al que esperabas recibir como indemnización. En algunos casos, es posible mejorar esa cantidad si la póliza incluye “valor de nuevo” o “valor venal mejorado”, pero esto debe figurar explícitamente en el contrato.

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La importancia de la franquicia

Muchos seguros a todo riesgo incluyen una franquicia, una cantidad que asume el asegurado en cada parte o siniestro. Por ejemplo, si tienes una franquicia de 300 euros y sufres un daño valorado en 1.000 euros, la compañía solo te reembolsará 700. Cuanto mayor sea la franquicia, menor será el coste del seguro… pero también menor la cobertura efectiva. Esta condición está siempre recogida en la póliza, pero muchos clientes no la comprenden del todo hasta que la sufren.

Limitaciones de la asistencia y otras exclusiones comunes

La asistencia en carretera suele estar limitada a vías públicas asfaltadas. Si sufres un percance en una vía rural o no asfaltada, es probable que la aseguradora rechace enviar una grúa. Lo mismo puede ocurrir si no se declara al conductor habitual en la póliza: si un hijo menor de 25 años o con menos de dos años de carné tiene un accidente conduciendo tu coche, la aseguradora podría no hacerse cargo del siniestro.

También se excluyen siniestros ocurridos bajo los efectos del alcohol o drogas, así como los daños causados por negligencia grave, como dejar el coche sin cerrar o con las llaves puestas.

Archivo - Cálculo del seguro del coche.

El sistema que puede encarecer tu seguro

Otro aspecto poco conocido es el sistema bonus-malus, por el cual las compañías ajustan el precio de tu prima en función de tu historial de siniestros. Aunque tengas un seguro a todo riesgo, cuantos más partes declares, mayor será el precio que pagarás al renovar. Es un sistema común entre aseguradoras españolas, como confirma el RACE en su guía sobre seguros de coche.

¿Cómo evitar sorpresas? Lee (y comprende) tu póliza

Leer una póliza de seguros completa puede llevar horas, y entenderla no siempre es tarea sencilla. Según expertos, cerca del 70% de los clientes no lee las condiciones particulares del seguro, y más del 60% no distingue entre lo que cubre la póliza básica y las garantías opcionales.

Una opción recomendable es acudir a un mediador de seguros o corredor colegiado, que podrá ayudarte a entender lo que firmas, asesorarte sobre coberturas útiles y evitar cláusulas confusas.

En definitiva, contratar un seguro a todo riesgo puede ser una buena inversión si deseas protección completa, pero debes saber exactamente qué incluye y qué no. Cláusulas como la franquicia, el valor venal, las exclusiones por negligencia o las restricciones en asistencia en carretera pueden restar eficacia a la cobertura contratada.

Antes de firmar, pide siempre una copia del contrato, pregunta por todo lo que no entiendas y asegúrate de que tu perfil de conductor está bien reflejado. Porque en el mundo del seguro de autos, la diferencia entre estar protegido o desprotegido puede estar escrita… en letra pequeña.