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En los últimos días hemos hablado de empresas que nacen y que mueren, de la compra de Air Europa por parte de Iberia y de las ansias de conciliación laboral de los corredores de bolsa.
También hemos analizado la subida del paro registrado y parece que los electores no ven el reflejo de su preocupación en los programas electorales de los partidos. De paro, de jornada laboral y de empresas volvemos a hablar porque hay más cosas que decir.
Ningún programa electoral recoge medidas reales para ayudar a la creación de empleo. Así de cruda es la opinión del 58,7 por ciento de los españoles según un la Encuesta sobre empleo y programas electorales de Adecco Group Institute. Las mujeres y los mayores de 55 años son los grupos donde más cala esta opinión.
El porcentaje sube aun más, hasta el 64,3%, si se pregunta por medidas específicas para el empleo juvenil y de mayores de 50 años. El estudio también deja muestras de desafección política porque el 49,3% de los trabajadores y desempleados consultados dice "no sentirse representado" por los programas electorales en cuanto a empleo se refiere.
En los programas se echan de menos, sobre todo, medidas de conciliación y flexibilidad horaria, de inserción de colectivos con especiales dificultades como jóvenes y mayores de 50 años o de lucha contra el fraude.
Semanas de trabajo que se acortan a cuatro días o fines de semana que se alargan a tres días, que tanto monta. Es el "experimento" que están haciendo en la división japonesa de Microsoft, que cuenta con 2.300 empleados. Y parece que no ha ido mal porque la productividad se ha disparado un 40%.
El presidente ejecutivo de Microsoft Japón, Tayuca Hirano ha resumido la apuesta en este lema:
Hirano también ha añadido que quiere que sus empleados alcance sus objetivos con "un 20% menos de jornada laboral". La irrupción de la tecnología y la robótica acabará incidiendo en cómo y cuanto trabajamos. La propuesta de semanas más cortas, por ejemplo, la defiende fervientemente el Jack Ma, CEO de Alibaba recién retirado, que cree que tendremos más tiempo libre "para ser personas". Íñigo Errejón introdujo el debate en campaña proponiendo la semana laboral de 32 horas. Parece lejos de implantarse en España, donde el trabajo se mide más en términos de presencia que en la productividad, pero el fin de las "horas calentando asiento" en la oficina parece que está cada vez más cercano.
Para 100.000 vehículos 'kilómetro 0' que se almacenan en los concesionarios. El mercado de segunda mano da "signos de agotamiento" y parece que no va a remontar en lo que queda de año ni en el que viene según el Observatorio del Vehículo de Ocasión de Faconauto. Por primera vez en siete años, la oferta de estos coches con menos de mil kilómetros, supera "ampliamente" la demanda
En lo que va de año, las ventas de ocasión de hasta tres años han caído un 1,7%. Faconauto, la asociación de concesionarios, espera que se vendan 2,1 millones de unidades al cierre de 2019. Y a la hora de vender coches de segunda mano, los vehículos eléctricos son los que lo tienen peor: tardan en venderse el doble que los de motores de combustión, 103 días de media según Sumauto, especialista en portales de motor. También se devalúan más porque un eléctrico de segunda mano se vende a mitad de precio que uno nuevo.
Y eso a pesar de que el interés en adquirir un eléctrico de ocasión dobla al de los de mecánicas diésel y gasolina. El promedio de visitas online de los coches eléctricos es de 78 al mes, mientras que los automóviles de combustión reciben un total de 38 visitas mensuales. Los concesionarios tendrán que matricular miles de coches eléctricos el año que viene para no infringir la normativa de emisiones contaminantes. Así que el interés de los compradores debe rebajar la incertidumbre de qué va a pasar con estas automatriculaciones el año que viene.
Sobre el papel, la Ley de Morosidad establece que las empresas tienen un máximo de 60 días para pagar a sus proveedores de mercancías o servicios. En la práctica, los plazos se alargan de manera ilegal y el 81% de las empresas aceptan que se alarguen estos períodos de pago según el estudio de Crédito y Caución e Iberinform. Cerca de 85.000 empresas están en riesgo de cerrar a causa de la morosidad. El plazo medio pactado entre las empresas para abonar las facturas en España es de 76,29 días, según el Informe sobre el Comportamiento de Pago de las Empresas en Europa elaborado por Informa D&B.
La gran empresa impone demoras en los plazos de pago al 50 por ciento de sus proveedores mientras que solo se ven afectadas el 8% de las empresas que tienen relaciones comerciales con las administraciones públicas. En más de la mitad de los casos, las empresas alegan que no tienen fondos para alargar el período de pago.
Otro estudio, el de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM) revela que las empresas cotizadas del Ibex 35 pagaron en 2018 a sus proveedores en plazos muy superiores, de hasta 169 días y peor aún es la morosidad del sector del comercio y servicios que llegan a liquidar sus facturas hasta con 339 días de retraso. La plataforma pide que se establezcan sanciones para poner fin a las demoras y para que las empresas perjudicadas no tengan problemas en su contabilidad o peor: no tengan que echar el cierre.
Como suena. Es la traducción de un nuevo fenómeno el "Flight Shame", en inglés, o el "Flygskam", en sueco, que viene a ser que los usuarios del avión comienzan a reducir sus vuelos para evitar contaminar y usan otros medios de transporte, como el tren, más sostenibles. El banco de inversión UBS ha puesto cifras al fenómeno y asegura que el crecimiento del sector aéreo podría reducirse a la mitad a causa de los resquemores de los clientes con gran conciencia ecológica.
Si el número de pasajeros a nivel mundial ha estado creciendo a un ritmo de hasta el 5% anual en los últimos años, según UBS podría reducirse hasta el 1,3% en Europa y al 1,5% en Estados Unidos. La mitad de lo que proyectan gigantes de la aviación como Airbus o Boeing.
En el estudio de UBS se han encuestado a 6.000 pasajeros en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia. Si se cumplen los pronósticos de UBS, los pedidos de los modelos más pequeños de Airbus y de Boeing podrían reducirse en 110 cada año. Y eso se traduce en reducciones mil millonarias de ingresos.
Es el efecto Greta Thunberg que ha logrado que su preocupación por las emisiones del tráfico aéreo en cambio climático.