Una de las mayores expertas en discalculia en España: "En cada clase hay al menos un niño con este trastorno"

Hemos hablado de la fobia a las matemáticas, pero existe un trastorno de aprendizaje que está muy relacionado con la dificultad para realizar cálculos numéricos. Hablamos de la discalculia. Pero, ¿qué es y cómo afecta a las personas que lo padecen? Pues bien, según la DISFAM, la Organización Mundial de Dislexia y Familias, fundada hace 20 años en España, consiste en presentar dificultades significativas, de moderadas a extremas, en el área matemática, incluyendo tanto el procesamiento numérico como la realización del cálculo simple, elaboración de problemas, lógica matemática.

Además, las personas con este trastorno tienen dificultad para calcular el tiempo, estimar la velocidad o la distancia, leer cifras muy altas, contar el dinero o calcular el cambio. A pesar de tener una inteligencia normal o por encima de la media y no presentar ningún problema con una escolarización adecuada, o problemas auditivos, visuales o físicos. Esto dificulta, por lo tanto, su detección. Por eso desde la DISFAM y otros organismos se pide más visibilidad. Así lo explica Hiwet Costa, una de las mayores expertas de discalculia en España: "A pesar de los avances en la concienciación sobre la discalculia, aún queda mucho por hacer en términos de detección temprana, formación docente y apoyo especializado. La discalculia sigue siendo un trastorno del aprendizaje poco reconocido en comparación con la dislexia, y muchos niños pasan desapercibidos sin recibir el apoyo adecuado".

Hiwet es también doctora en psicología educativa por la Universidad de Trieste y cofundadora de Happy Mind Training, una plataforma para la intervención en dificultades del aprendizaje matemático, y creadora, junto con la Universidad de Málaga, de un test de discalculia para niños que está pensado para su uso por parte de familias y profesionales, y también puede ser aplicado en colegios.

"El test de discalculia de Smartick es una herramienta estandarizada, online y gratuita para niños de primero a cuarto de primaria. La prueba identifica de manera sencilla y rápida a los niños con dificultades en el aprendizaje de las matemáticas, en riesgo de discalculia, e informa sobre fortalezas y debilidades en cada una de las áreas evaluadas. Si, de acuerdo con sus resultados en el test, un alumno resulta en riesgo, para obtener un diagnóstico de discalculia es necesario acudir a un gabinete psicopedagógico con conocimientos sobre discalculia, o remitir al alumno al orientador escolar para que realice una evaluación completa. La evaluación deberá incluir pruebas psicológicas de inteligencia, atención y lectura, junto con pruebas específicas de matemáticas", expresa Hiwet en una entrevista para Informativos Telecinco.

Desde su lanzamiento en el 2020 se han realizado más de 40.000 test de discalculia y es una herramienta utilizada tanto por padres como por profesionales y colegios. "Actualmente, estamos colaborando en el departamento de psicología de la Universidad de Cádiz en la validación de la prueba en niños de 5 años, con el objetivo de proporcionar una herramienta de cribado válida y fiable para una población en una etapa crítica del desarrollo, como es la transición de Educación Infantil a Primaria", añade.

"De los niños que tienen discalculia, cerca de la mitad muestran dificultades exclusivamente en el área numérica"

La discalculia en España

En cuanto a cifras, la discalculia tiene una prevalencia estimada del 5-7% de la población, similar a la dislexia. Esto quiere decir que en cada clase tenemos por lo menos un niño con discalculia, aunque la mayoría de las veces no tendrá un diagnóstico. Estamos hablando de un trastorno del aprendizaje que afecta alrededor de 300.000 niños entre los 6 y los 17 años en España. Pero, como explica esta experta, aún queda mucho para mejorar la detección.

La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurobiológico que presentarse de forma muy heterogénea, pero, en general, los niños con discalculia experimentan dificultades en los aspectos más básicos del procesamiento numérico y del cálculo. Por lo que, la edad ideal para detectar la discalculia está entre los 6 y los 8 años ya que un diagnóstico temprano permite poner en marcha programas de intervención para su tratamiento y minimizar las dificultades.

"De los niños que tienen discalculia, cerca de la mitad muestran dificultades exclusivamente en el área numérica. Es decir, se puede tener exclusivamente discalculia, pero entre el 20% y el 60% de los niños con discalculia presentan alteraciones asociadas a ella. Las condiciones con los que se presenta de forma conjunta y más frecuentemente, son los déficits de atención y la dislexia", subraya Hiwet.

"Los padres deben acompañar al niño con paciencia y comprensión, evitando que sus dificultades matemáticas afecten su autoestima"

La discalculia en el ámbito escolar y familiar: ¿cómo se debería abordar?

Hemos normalizado durante muchos años que haya niños a los que les cueste sumar, restar, multiplicar y dividir, sin saber que detrás de ello podía haber un trastorno de aprendizaje. Por ello, se necesita un abordaje integral desde el colegio y desde la familia. En este sentido, "la formación docente es esencial para detectar y abordar eficazmente las dificultades matemáticas. Es clave implementar métodos multisensoriales, combinando materiales manipulativos, recursos visuales y tecnología interactiva para mejorar la comprensión numérica" señala esta experta en discalculia.

Permitir el uso de tablas de multiplicar o calculadoras como apoyo, proporcionar material visual y manipulativo que refuerce conceptos abstractos, utilizar hojas cuadriculadas para mejorar la alineación y organización de los números o conceder más tiempo en las evaluaciones, reduciendo la presión y la ansiedad, pueden ser algunas de las estrategias más útiles para trabajar la discalculia en la escuela.

Si hablamos, por el contrario, del tratamiento en casa, comentan que el apoyo emocional es lo más importante. Puntualizando que los padres deben acompañar al niño con paciencia y comprensión, evitando que sus dificultades matemáticas afecten su autoestima. "En lugar de centrarse en los errores, es clave reforzar sus logros y progresos, por pequeños que sean. Para complementar su aprendizaje, se puede crear un entorno donde los números estén presentes de forma lúdica y cotidiana. Actividades como usar calendarios, jugar con cartas o dados, seguir tanteos deportivos o involucrarlo en la gestión de pequeñas compras pueden ayudar a reforzar sus habilidades matemáticas de manera natural y sin presión".

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