Educación

El secreto para que tus hijos lean: 7 trucos que funcionan (incluso con adolescentes)

Es mejor despertar su curiosidad que obligarles a leer algo que no quieren
Es mejor despertar su curiosidad que obligarles a leer algo que no quieren. Freepik
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MadridFomentar la lectura en los niños es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los padres en la actualidad. Nos encontramos en un mundo dominado por pantallas, videojuegos y redes sociales, por lo que conseguir que un niño o adolescente se siente a disfrutar de un libro puede parecer algo prácticamente imposible.

La lectura no solo va a desarrollar su imaginación y vocabulario, sino que también mejora la concentración, la comprensión lectora y el rendimiento académico en general. Lo bueno es que existen diferentes estrategias comprobadas para despertar el interés por los libros, incluso en los adolescentes más reacios.

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Según la UNESCO, los hábitos de lectura durante la infancia y la adolescencia influyen de manera directa en el rendimiento académico y en la capacidad de los jóvenes para enfrentarse a desafíos mentales más complejos. Pero, ¿cómo conseguir que los hijos lean cuando todo su alrededor reclama su atención?

Los padres deben ser el modelo lector

Los niños aprenden mucho más por imitación que por instrucción. Si los padres leen de manera habitual y muestran entusiasmo por los libros, los hijos van a percibir que leer es una actividad valiosa y divertida. De hecho, varios estudios han demostrado que los hábitos de lectura de los padres tienen una influencia directa en la frecuencia y la calidad de la lectura de los hijos.

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No se trata solo de leer en voz alta a los más pequeños, sino de compartir libros, revistas o incluso artículos online con los adolescentes. Enseñarles que la lectura puede ser una actividad divertida puede generarles curiosidad y motivarles a leer por sí mismos.

Comenzar leyendo libros que les interesen

Obligar a un niño a leer algo que no le interesa puede generar un rechazo inmediato a la lectura. Lo importante es encontrar temas que puedan despertar su curiosidad. Para un adolescente apasionado por los videojuegos, los libros de narrativa fantástica o novelas gráficas pueden ser un primer paso ideal. Para los niños que tengan interés en ciencias pueden leer libros de experimentos o divulgación científica adaptada a su edad.

Hacer que la lectura sea social

Participar en clubes de lectura, leer en familia o comentar historias con amigos puede hacer que la lectura sea una actividad divertida y social. Los adolescentes suelen responder muy bien a la dimensión social de la lectura: compartir opiniones sobre un libro o recomendar lecturas genera motivación y sentido de pertenencia.

Usar la tecnología a nuestro favor

Aunque los libros físicos tienen múltiples beneficios, la tecnología no debe ser un enemigo. Los eBooks, audiolibros o aplicaciones de lectura pueden ser un recurso motivador, sobre todo en el caso de los adolescentes. Escuchar un audiolibro en trayectos largos o mientras que se realizan tareas domésticas puede servir como una introducción al mundo de la lectura.

Crear un espacio cómodo y libre de distracciones

El entorno influye directamente en la disposición para leer. Un rincón con una buena iluminación, una silla o sillón cómodo y un ambiente tranquilo y agradable hace que la lectura se convierta en un momento de placer y desconexión. Evitar que ese lugar esté saturado de pantallas y ruido es fundamental, sobre todo para los adolescentes y niños que se distraigan fácilmente.

Además, si en ese lugar hay libros al alcance de la vista, aumenta la probabilidad de que los hijos los cojan por iniciativa propia. Colocar estanterías abiertas, apilar títulos que puedan parecerles atractivos y adecuados a su edad o tener un “libro de la semana” a mano puede estimular su curiosidad y el hábito de coger un libro por iniciativa propia. Asimismo, si el niño o adolescente asocia la lectura a un momento de confort, desconexión y tranquilidad, es más probable que quiera mantener ese hábito en su día a día.

Combinar lectura con creatividad y diversión

Leer no tiene por qué ser algo pasivo y aburrido. La lectura puede volverse mucho más atractiva si se combina con actividades creativas: escribir finales alternativos a ese libro que se acaba de terminar, ilustrar las escenas que más les hayan gustado, interpretar algún capítulo o crear diarios de lectura hace que comprendan mucho mejor lo que han leído y que se involucren emocionalmente con la historia. Este enfoque activo promueve la comprensión profunda y hace que la lectura deje de ser un acto pasivo a un momento creativo y divertido.

Reconocer y celebrar los logros

Fomentar la lectura no implica que se tengan que dar premios materiales de manera obligatoria. Lo que se recomienda es reconocer los logros de manera positiva: elogiar el esfuerzo, comentar lo que han aprendido o mostrar orgullo por su progreso hace que estén más motivados para continuar leyendo.

Un método útil es establecer “momentos de celebración” semanales o mensuales donde hablar sobre los libros leídos, compartir citas favoritas o recomendar lecturas a familiares y amigos. De esta manera, ellos sienten que su hábito lector tiene impacto y significado.