Educación

¿Tu hijo es muy perfeccionista? Cómo ayudarle a gestionar la frustración en el colegio

La frustración suele aparecer cuando algo no sale “perfecto” para ellos
La frustración suele aparecer cuando algo no sale “perfecto” para ellos. Freepik
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MadridBorrar y escribir mil veces una letra, repetir un dibujo una y otra vez o hacer una misma foto durante horas son algunos de los ejemplos de cómo el perfeccionismo puede interferir en el desempeño de muchos niños y adolescentes. Hasta que no salga “perfecto” no paran. Este es un rasgo de la personalidad que muchos pueden ver de manera positiva, pero la realidad es que está más relacionado con el sufrimiento y la frustración que pueden experimentar. El hijo perfeccionista nunca está satisfecho con el resultado.

El perfeccionismo puede ir desde enfadarse por sacar un ocho en un examen hasta estar horas y horas terminando un proyecto. Estos perfiles son los más reconocibles en el entorno académico, aunque el perfeccionismo puede abarcar cualquier área de la vida, incluyendo no parar hasta hacer la foto perfecta para redes sociales.

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Qué es el perfeccionismo y cómo reconocerlo en un niño

El perfeccionismo es la tendencia a establecer estándares extremadamente altos para uno mismo y juzgarse de manera crítica cuando no se consiguen. En los niños, este perfeccionismo se suele manifestar con una constante autoexigencia, miedo al error y dificultad para aceptar las críticas. Los perfeccionistas no conciben que un fallo sea para aprender, para ellos significa que no son lo suficientemente buenos para hacerlo, y en consecuencia llega la frustración.

Los niños perfeccionistas lo pasan realmente mal porque a su criterio, no han hecho las cosas suficientemente bien. Cuando el resultado no es el que ellos consideran, se frustran. Este perfeccionismo extremo suele estar vinculado a ansiedad, depresión y baja autoestima si no se aborda de manera adecuada.

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En el colegio, los niños perfeccionistas suelen rehacer sus tareas varias veces, evitan asumir retos por miedo a fallar o se enfadan o frustran ante los comentarios del profesor. Esto no solo afecta a su rendimiento académico, sino que también puede ser un obstáculo para sus relaciones sociales, ya que suelen buscar la aprobación constante y tienen miedo a ser juzgados.

Para poder ayudar a un hijo perfeccionista el primer paso es identificarlo. Las señales más comunes de que el niño busca continuamente la perfección son:

  • Miedo excesivo a equivocarse o no cumplir con las expectativas propias y de los demás.
  • Autocrítica frecuente y tendencia a compararse continuamente con los demás.
  • Procrastinación o retraso en tareas por miedo a no hacerlas de manera perfecta.
  • Estrés, ansiedad o llanto ante errores o fracasos.
  • Les cuesta aceptar elogios, ya que sienten que no es suficiente.

Una cosa es un perfeccionismo sano, ése que impulsa a mejorar y el perfeccionismo excesivo que provoca ansiedad y limita la motivación. El que los padres puedan ser capaces de distinguir e identificar este tipo de perfeccionismo que frena puede evitar problemas emocionales a largo plazo y enseñar al niño que el error es bueno y es parte del aprendizaje.

Cómo ayudar a un hijo perfeccionista

Uno de los problemas más frecuentes de los niños perfeccionistas es la intolerancia a la frustración. Según ellos, cometer errores es un fracaso personal. Los expertos aconsejan que se les debe ayudar a cambiar esta perspectiva, enseñándoles que los errores son oportunidades para aprender y mejorar, no un fracaso. Una buena ayuda es si el niño saca una nota baja, en lugar de reñirle, se puede analizar con él que ha salido mal y qué puede hacer para que el próximo examen vaya mejor.

Por otro lado, los niños perfeccionistas tienden a fijarse objetivos demasiado altos, algunas veces prácticamente inalcanzables. Esto solo hace que aumente su frustración cuando no lo consiguen. Es importante ayudarles a establecer metas realistas y alcanzables, y por supuesto, enseñarles que hay que celebrar los logros por pequeños que sean. En este caso, se pueden dividir las tareas en subtareas más manejables y darles un feedback positivo en cada paso.

Una consecuencia de este perfeccionismo extremo es la ansiedad y la frustración, por lo que es esencial que aprendan a gestionar estas emociones. Algunas técnicas como la respiración profunda, la visualización positiva o practicar mindfulness pueden ayudarles mucho. Los expertos recomiendan modelar la aceptación de errores en casa, y una ayuda muy grande puede ser que los padres compartan sus propias experiencias y les cuenten cómo ellos consiguen superar la frustración, de esta manera, el niño ve los errores como algo normal.

El perfeccionismo extremo puede estar relacionado con una necesidad excesiva de aprobación externa. En este caso, hay que ayudarle a confiar en sus propias capacidades. Para conseguir que el niño tenga más autoconfianza se le puede permitir elegir cómo organizar su tiempo de estudio, la manera de presentar un proyecto y dejarle asumir responsabilidades poco a poco. Así se fomenta la autonomía y se reduce la dependencia de la aprobación de los adultos.

Otra de las características de este perfeccionismo, sobre todo, el académico, es que el niño centra toda su identidad en las notas o el rendimiento escolar. Es esencial que se fomenten actividades extracurriculares variadas como deporte, música o arte. En estas actividades el aprendizaje es divertido y el éxito no depende directamente del resultado. Además, el contacto social y la colaboración en actividades grupales reducen su presión interna.

La colaboración entre padres y profesores es esencial. Los padres deben informar de la tendencia perfeccionista del niño para que el profesor pueda actuar ofreciendo feedback constructivo, centrarse en el progreso y establecer unas expectativas claras pero a la vez flexibles.

Por último, es esencial elogiar su esfuerzo, perseverancia y constancia a la hora de realizar alguna tarea. De esta manera se le ayuda a construir una mentalidad de crecimiento y que entienda que el valor se centra en el proceso de aprendizaje y no solo en el resultado.