Cómo gestionar las peleas entre hermanos, según una experta en crianza: "Al etiquetarles les estamos enfrentando"
En 'Los cinco principios de la crianza', la psicóloga Aliza Pressman da las claves para criar a niños capaces de hacer frente a las tormentas de la vida
Cristina Cortés, psicóloga infantil: "Si tu hijo empieza a decir palabrotas hay que buscar el origen de ese aprendizaje"
Dicen muchos psicólogos que los padres se encuentra de cara con los problemas de socialización que tuvieron en su infancia cuando tienen hijos y estos empiezan a tener amigos. Si nunca tuviste problemas de socialización es posible que no lo hayas notado, pero si los tuviste, y te encuentras de lleno en el momento de la crianza, quizá te encuentres en ocasiones caminando en arenas movedizas. Si las amistades de tu hijo y cómo gestionarlas son para ti importantes, seguramente te interese leer los siguientes consejos.
Vienen de una experta en la materia: Aliza Pressman es una de las psicóloga del desarrollo más conocidas al otro lado del charco. De ella, señalan personajes público como la actriz Drew Barrymore que es toda una referencia para criar a buenos seres humanos. También lo apoya otra actriz hollywoodiense, Jennifer Garner.
Se refieren especialmente a su última publicación que en España lleva el nombre de 'Los cinco principios de la crianza' (editorial Bruguera, 2025), este libro es un manual que se centra en cinco estrategias respaldadas por la ciencia que cada padre y madre pueden aplicar a situaciones comunes, recordando a los cuidadores que siempre hay espacio para errar y reparar. Y, cómo no, uno de los focos los ha puesto en las relaciones de amistad. "Las amistades benefician a los peques a crear un sentimiento de pertenencia y seguridad; un sistema de apoyo que, a su vez, puede reducir el estrés. Los psicólogos infantiles han descubierto que las amistades en la primera infancia contribuyen a la calidad de vida del niño o niña, así como a su resistencia y flexibilidad".
Como sabemos los niños empiezan a reconocer a sus amigos en la escuela infantil, y a partir de los 4 años ya podemos ver cómo son capaces de escoger con quienes quieren jugar y con qué niños tienen más afinidad que otros, es decir, ya empiezan a señalar quienes son sus amigos. Pero eso no significa que no surjan las disputas o peleas, ¿qué podemos hacer los padres en esos casos? ¿Hay que mediar? ¿Cómo hay que hacerlo?
"Hay que mediar si hay un abuso verbal o físico de uno o más niños contra otro"
Cuándo mediar en una pelea
Discutir y pelear es algo normal entre niños, mucho más si comparten juegos ya sea en el patio del colegio o en parque frente a los padres. El problema puede llegar cuando la pelea se vuelve peligrosa, por ejemplo, porque dos niños se están peleando por un palo o algún objeto "aparentemente peligroso". Si eso ocurre, es el momento de intervenir. "Puedes decir algo así como "mirad, os voy a separar físicamente y os ayudaré a calmaros para que podáis resolver vuestros problemas". Si no se te oye porque hay mucho barullo, dilo mentalmente mientras procuras que todos estén bien y no se hagan daño".
La recomendación de esta experta es que adoptes la figura del mediador no del juez. "Cuando medias de forma imparcial, todas las partes involucradas se sienten comprendidas y aprenden a escuchar distintos puntos de vista. De paso, les enseñas unas técnicas importantes de resolución de conflictos". Suele funcionar intentar que cada uno exponga lo que ha ocurrido y cómo se sienten, esto ayuda a ponerse en el papel del otro. Si, por el contrario, en la pelea sientes que no se van a hacer daño y que no hay una agresión verbal, puede estar bien dejarlo en sus manos, que ellos mismos resuelvan el conflicto. Por tanto, hay que mediar si hay un abuso verbal o físico de uno o más niños contra otro.
"Cuando etiquetamos (consciente o inconscientemente) enfrentamos a amigos o hermanos y perpetuamos la idea de que quizá no haya suficiente amor para todo el mundo"
Los ocho consejos para tratar los problemas de tus hijos con sus amigos
Cada hijo o hija y cada amistad son un caso aparte. Un día pueden ser amigos y otro no, y tampoco podemos hacer mucho en este sentido. Lo que sí podemos hacer es no poder trabas y dejar que nuestros hijos vayan trazando su propio camino con nuestro acompañamiento. Para Aliza Pressman existen ocho consejos que podemos poner en práctica a la hora de apoyar a nuestros hijos cuando traben amistades:
- Da ejemplo. Demuéstrale como tú te preocupas y cuidas a tus amistades.
- Evita etiquetar a otros niños o al tuyo. "Cuando etiquetamos (consciente o inconscientemente) enfrentamos a amigos o hermanos y perpetuamos la idea de que quizá no haya suficiente amor para todo el mundo".
- Evita comparar aunque tus comparaciones parezcan positivas. "En lugar de decir cosas como "a tu amigo Abe no le sale tan fácil: no tiene la capacidad de atención que tienes tú", puedes decir algo como "me he dado cuenta de que estás muy concentrado, y es genial ver todo lo que puedes conseguir cuando te empeñas". No tienes por qué meter a Abe para nada".
- No entres en la dinámica del niño bueno o del niño malo. Los conflictos no suelen producirse porque uno de los niños sea una mala persona, sino porque quizá no tiene las herramientas suficientes para autorregularse o expresar que siente rabia o frustración por algo.
- Permite los límites. Toda buena relación requiere límites, enséñale a poner los límites que necesite de forma asertiva.
- Valida los sentimientos. Es lógico, por ejemplo, sentirse triste cuando un amigo no quiere jugar con tu hijo o no quiere compartir algún juguete.
- Permite el juego bruto. "Los juegos brutos y las peleas no tienen nada que ver con la violencia real. La ciencia demuestra que así aprenden a activarse fisiológicamente y a calmarse de forma regulada". Como hemos dicho hay que mediar si la cosa se vuelve peligrosa.
- Utiliza una palabra segura cuando haya llegado el momento de tranquilizarse o parar una pelea.