Siempre es motivo de sorpresa (como si no supiéramos que cuando la lluvia y el sol se juntan, es posible que esto suceda). Pero la verdad es que es algo emocionante, a lo que nos gusta gritar: "¡Mira, ha salido el arco iris!" al primero que tengamos al lado.
Sabemos que el arco iris es un fenómeno meteorológico consistente en la aparición de un espectro de frecuencias de luz en el cielo. Esto se produce cuando los rayos del Sol salen y atraviesan las gotas de agua que quedan en la atmósfera cuando hay o ha habido lluvia. De esa forma, el conjunto de ambos fenómenos crean un arco multicolor ante los ojos humanos.
En el caso de Barcelona, la jornada del lunes estuvo marcada por una sucesión de chubascos, que dieron paso más tarde a un reluciente Sol en lo alto del cielo. Esto generó la formación del arco iris. Pero, además, no se trataba de un arco iris primario (normal, como lo solemos conocer), sino que Barcelona tuvo el gusto de disfrutar de un arco iris doble sobre un cielo rojizo, algo todavía menos frecuente y aún más espectacular.
En función de la cercanía e intensidad del Sol con respecto a las gotas de lluvia, ocurre que en determinadas ocasiones, además, la luz puede reflejarse más de una vez en las gotas de agua, formando así un arco iris secundario. Este segundo arco rodea al original y tiene una intensidad más débil, caracterizado sobre todo porque sus franjas de color se encuentran en orden inverso y están más separas con respecto a las del arco iris primario.
*Imagen: Arco iris doble en Barcelona / Autor: Carlos Lara
*Imagen: Arco iris doble sobre cielo rojizo en Barcelona / Autora: Marta Parra