Mientras esto sucede en España, en Europa no cae una gota. Esta semana una entrada de aire siberiano está dejando nevadas en algunos puntos, pero de forma ocasional. Pronto regresan los cielos despejados y las temperaturas altas.
Es el mundo al revés y aunque no es extraño que ocurra, no suele suceder con normalidad. La razón la encontramos en el anticiclón escandinavo, muy potente y basculando impidiendo que las borrascas sigan su camino habitual descendiendo hasta la Península Ibérica. Es lo que venimos llamando configuración en omega (o en rombo más al sur).
Bloqueo anticiclónico para rato
Lo confirma nuestra meteoróloga, Rosalía Fernández, quien señala que, efectivamente, tenemos sobre nosotros "una configuración omega, que queda mantenida por el potente anticiclón en el norte-centro del continente garantizando la estabilidad y las bajas presiones por Europa del este mientras que por el oeste no dejan de aproximarse trenes de borrascas desde el Atlántico".
En otras palabras, es lo que en el argot meteorológico se conoce como tren de borrascas ya que entran una detrás de otra regando la Península. Según ha ido avanzando el otoño, la situación se ha ido animando con ligeros respiros y paréntesis de buen tiempo, como el veranillo de San Martín de los últimos días.
Fernández avanza que las previsiones son favorables a este contexto de paraguas, chubasqueros y lluvias intensas y persistentes. Nuestra meteoróloga reconoce que "la situación seguirá marcada por tiempo inestable con lluvias entrando por el oeste y fuertes chubascos y tormentas en el Mediterráneo".
El calor del verano, acumulado durante meses, sigue teniendo combustible necesario para descargar "más lluvias torrenciales gracias a los aportes de humedad que llegan al Mediterráneo con ese potente anticiclón estacionado en el centro de Europa y moviéndose temporalmente a latitudes más al norte, en Escandinavia".
Por el contrario, el otoño seco seguirá en Francia, Alemania, Países Bajos, Dinamarca, resto de Escandinavia. Por ejemplo, Meteo France, habla de uno de los otoños más secos que se recuerdan en las lluviosas regiones de Alsacia y Lorena. En Alemania, no recuerdan una estación otoñal tan benigna y sin precipitaciones y lo peor es que el pronóstico no es halagüeño.
El anticiclón en omega o en rombo, según su posición más al norte o al sur de Escandinavia, se va a mantener. Y es que, cuando estas altas presiones hacen acto de presencia suelen hacerlo para un plazo medio y largo. Por tanto, cabe esperar seguir "con episodios de lluvias y nevadas para despedir el otoño en diciembre y dar la bienvenida al invierno".
¿Tiene continuidad?
Todos los modelos apuntan que así será. Nuestra meteoróloga, Rosalía Fernández, coincide con esta previsión, que dejará secos los países vecinos del norte y "nos mantendrá pasados por agua a nosotros en los próximos meses".
Quizá lo más jugoso e interesante de estas configuraciones de anticiclones es que den lugar a una ruptura del chorro polar y esto "nos deja invasiones de aire muy frío en la Península de cara a los próximos meses".
De darse esta situación, que es factible, tendríamos episodios de una España blanca entre meses de lluvias. Con altas presiones en Escandinavia o sobre Alemania, mientras allí los cielos quedan despejados y las temperaturas anomalamente altas, las grandes masas de aire frío solo pueden moverse en una dirección: hasta el sur europeo, hacia nosotros.
Ya tuvimos un aperitivo en octubre y lo peor estaría por llegar en los próximos meses salvo un pequeño paréntesis de bonanza en enero. Después, para la traca final del invierno, una configuración en omega o en rombo regresaría para seguir dejándonos nuevas lluvias.
Coincidencia con las previsiones estacionales
Así es para alegría de los amantes del paraguas. Todo apunta a que despediremos la estación otoñal y daremos la bienvenida al invierno con esta tónica por lo que podríamos tener un trimestre anómalo: más lluvioso y con temperaturas acorde a la época en España y más cálido y seco en nuestros vecinos del norte.