El último viaje del ‘Infanta Elena’, el patrullero que rescató el islote de 'Perejil'
Con el llamado ‘crucero de despedida’, el barco más antiguo de la Armada se jubila tras 46 años de servicio
Participó en 2002 en el incidente con Marruecos y en la Operación ‘Tormenta del Desierto’ en la guerra de Irak
Su futuro se dirime entre ser el primer barco museo de la Armada o acabar como chatarra
MadridEn la cubierta del "Infanta Elena" no hay ni tumbonas ni daiquiris ni turistas pero sus 81 tripulantes están de viaje por el Mediterráneo. El patrullero se jubila y se lo han llevado de crucero de despedida. Nueve días y cuatro puertos: Cádiz, Palma, Alicante y Cartagena.1.500 millas náuticas (2.800 kilómetros) de travesía para decir adiós a toda una vida en el mar.
El patrullero "Infanta Elena" se despide tras 46 años de servicio. El lunes 3 de octubre regresa a puerto para siempre, al de Cartagena (Murcia), el mismo que le vio salir por primera vez en 1976. Su comandante, el Capitán de Corbeta Narciso Donoso no había nacido cuando el barco comenzó a navegar y ahora, como un Caronte moderno, es el encargado de hacerle su último viaje. "Es como si el barco en vez de tajar el mar al avanzar, escribiera la última hoja de su propio libro", confiesa a NIUS.
La ruta tiene un punto nostálgico. "Imagina que te dejaran conducir un coche clásico muy bien conservado, pues es lo mismo", cuenta a NIUS el comandante Donoso. "Es un barco de los de siempre. Ya los hay mucho más modernos, pero la diferencia es que en él han aprendido a navegar muchos oficiales de la Armada Española".
Varios de esos marinos le han llamado estas semanas. Quieren despedirse de "su Elena" antes de que quede varado. "Es un cruce de sentimientos. Aquí se experimentan muchas sensaciones. Le dedicas mucho tiempo y cariño al barco. Te da pena", cuenta el comandante.
Piratas, drogas, la guerra del Golfo y Perejil
El "Infanta Elena" con sus casi 89 metros de eslora y su medio siglo surcando mares acumula, como buen jubilado, cientos de batallitas en su su popa. Formó parte de la conocida "Operación Tormenta del Desierto", en plena guerra de Irak, con la Fuerza de Interceptación en el Mar Rojo . Era 1991. "Los que estuvieron allí, aún lo recuerdan", comenta el comandante sin dar más datos.
Pocos saben, sin embargo, que una década más tarde, en julio de 2002, el patrullero participó en la operación para rescatar el islote de Perejil de la invasión marroquí. El barco de la Armada tenía la misión de bloquear el paso de buques, ayudar en la toma del peñón y hacerse cargo de los soldados marroquíes detenidos para devolverlos a su país. "Se llamaba Operación Romeo-Sierra", recuerda divertido Donoso, y fue el primer incidente armado en el que se vio involucrado el Ejercito español tras la llegada de la democracia.
Llevaron a los militares marroquíes apresados hasta la frontera de Ceuta tras el incidente de Perejil
El "Infanta Elena" ha participado en la Operación Atalanta contra la piratería en el Índico e interceptó al buque cazatesoros "Endeavour" en aguas de Málaga en 2013, cuando intentaban esquilmar el tesoro de un pecio hundido en aguas españolas. "Uno de nuestros últimos cometidos ha sido vigilar el patrimonio subacuático, además del contrabando de armas, drogas y seres humanos", afirma el comandante.
Chatarra o museo, esa es la cuestión
Los 81 tripulantes se afanan, cada uno en su puesto, para cumplir con última misión. Vigilar las regatas Sail SP en Cádiz. "Estos últimos días de lo que se trata es de dar realce a la unidad, de decir adiós de manera vistosa", cuenta el comandante. Y nada mejor que una regata para ser visto. Cuando lleguen a puerto, el lunes 3 arriarán bandera, el 12 de octubre los curiosos podrán subirse a él en Cartagena y en pocos días cada marino de la unidad tendrá un nuevo destino.
¿Pero qué pasará con el barco? Hay varias opciones de futuro. "Puede servir como chatarra, usarlo como blanco para ejercicios de tiro o convertirse en inmortal", explica Donoso. "A mí me gustaría que terminase siendo un museo flotante", afirma el comandante. Es más un deseo para el viejo patrullero que una realidad, ya que la Armada asegura que de momento ese proyecto no ha tomado forma.
Las opciones del "Infanta Elena": Chatarra, blanco para ejercicios de tiro o convertirse en inmortal
"El 18 de octubre empezarán a desmontarlo", explica Donoso. Primero, salen las armas. El barco cuenta con cuarto misiles anti buque RGM-84 Harpoon, dos cañones y cuatro ametralladoras, que serán repartidas en otros barcos de la Armada. "Luego hay piezas que se pueden reutilizar". El Ejército español practica el 'canibalismo', que es como se conoce en el argot a usar piezas de segunda mano para reparar otros aparatos.
El proceso de desguace dura seis meses. La despedida, en abril. "Es un acto institucional en el que se le da definitivamente de baja de la Armada", cuenta el comandante. La tradición manda que al llevar tal nombre, alguien de la Familia Real acuda a despedirse del barco. De momento lo hacen el comandante Donoso y toda su unidad. "Acabamos de asistir al último ocaso en el mar", nos cuenta por WhatsApp. Emocionado escribe: "Va a ser la última noche que escriba órdenes en el cuaderno de bitácora. Todo llega". El adiós del Infanta Elena, también.