El autor del 'Muro de Berlín' que parte Vitoria en dos, feliz con las pintadas en su obra: “Busca forzar una reflexión y una reacción”
Es la primera vez que la Bienal Mugak levanta una instalación efímera en la ciudad
El arte efímero de Judit, la mujer de Lleida que convierte calabazas gigantes en esculturas:
Vitoria-GasteizDesde hace una semana un enorme muro rojo, realizado en madera y de cuatro metros de altura, parte en dos la plaza más céntrica y emblemática de la capital alavesa, la plaza de La Virgen Blanca.
Una especie de 'muro de Berlín' que a lo largo de esta semana se ha ido llenando de mensajes, pintadas y grafitis. ¿Vandalismo? No, porque el artista concibió 'Utopía: prohibido el paso' como un lienzo en blanco para fomentar la participación ciudadana: “Busca forzar una reflexión y una reacción contra el propio muro”.
Así, Sebastián Bayo celebra que la ciudadanía haya “respondiendo en masa al llamamiento que hace el pabellón a la participación. Desde el mismo momento en que terminó el montaje, las vitorianas y los vitorianos se apropiaron de él, interviniéndolo en un ambiente lúdico y, con tanta energía, que antes de haber siquiera presentado el proyecto oficialmente, ya cuesta encontrar zonas con su color rojo original”.
Se busca a los autores
Reivindicaciones, mensajes en apoyo a Palestina, contra el machismo y pintadas de todo tipo han ido cubriendo el muro. Entre grafitis y lemas, han aparecido incluso pintadas de “Gora ETA” que han llevado al Ayuntamiento de Vitoria a abrir una investigación para tratar de identificar a los autores de esas pintadas a favor de ETA, aparecidas el pasado sábado en el muro instalado en la plaza de la Virgen Blanca.
La alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, anunció en sus redes su intención de identificar a las personas que utilizaron este mural"para hacer apología del terrorismo".
Instalación efímera
Se trata de una instalación efímera, promovida por la ‘Bienal Internacional de Arquitectura de Euskadi Mugak’. En diciembre de 2024, un jurado seleccionó la obra 'Utopía: prohibido el paso' del arquitecto y artista Sebastián Bayo, una crítica a los muros y fronteras del mundo actual.
La instalación aborda el concepto de utopía desde su paradoja: construir un muro para cuestionar la existencia de los mismos. Se trata de una suerte de "Muro de Berlín", cuyo simbolismo quiere destacar. Porque, aunque casi se cumplen 36 años desde su caída, “el mundo no parece poner fin a las divisiones entre territorios y sociedades”, según señalan desde la Bienal.
La principal cita arquitectónica del Arco Atlántico, impulsada por el Departamento de Vivienda y Agenda Urbana del Gobierno Vasco, arrancó su quinta edición el pasado 9 de octubre con la presentación de su exposición principal, ‘Eu-topías, Ou-topías’, y ya ha inaugurado los pabellones y la programación de Donostia y Bilbao.
Esta ha sido la primera vez que la Bienal Mugak levanta una instalación efímera en la ciudad. La escogida ha sido el muro rojo que desde la semana pasada se levanta en la emblemática plaza.
El concejal delegado de Modelo de Ciudad, Urbanismo, Vivienda, Limpieza y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, Borja Rodríguez, ha afirmado que, “más allá de ser un lienzo para la ciudadanía, este muro se adentra en las raíces de la historia de Vitoria-Gasteiz. Atraviesa a lo ancho la parte sur de la plaza de la Virgen Blanca. Se justifica su emplazamiento tras el estudio de las trazas de la muralla medieval de la ciudad, recreando en este punto la reconstrucción de una ficticia prolongación de la misma. De la misma manera, estamos a dos semanas de que se cumplan 36 años de la caída del Muro de Berlín, aunque hoy en día la arquitectura se sigue empleando como instrumento de segregación. Algunas de las potencias mundiales como Estados Unidos o Israel siguen construyendo muros que dividen el mundo en la ‘mitad mala y la mitad buena’, como expresa Rem Koolhaas”.
La comisaria de la quinta Bienal Mugak/, María Arana, también ha aludido a la idea de las fronteras que dividen sociedades: “La arquitectura tiene la capacidad de conectar, pero también de separar a la gente. Ejerce una importante función como herramienta de unión, de construir comunidad, pero a su vez, al igual que las utopías y las distopías, puede servir para la segregación social. Los muros como este crean fronteras, y hay arquitecturas que construyen desigualdades sociales. Sin embargo, hoy hablamos de lo contrario, del poder de la arquitectura como herramienta de cohesión social”.
La intervención que propone esa reflexión es obra del arquitecto y artista Sebastián Bayo. Construido en madera, ha contado con el patrocinio de la empresa Egoin, así como con la colaboración del COAT Araba, que ha aportado un aparejador para coordinar su ejecución.