GRAN HERMANO

El destino de la cocina de la casa de Gran Hermano: la casualidad que la llevó desde Guadalix hasta un piso tutelado en Pontevedra

La cocina de GH10, reutilizada para un piso tutelado de la asociación Alba de Pontevedra
La cocina que fue de GH 10 recolocada en unos pisos tutelados de PontevedraCEDIDA
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PontevedraLa curiosa línea que une la casa de Gran Hermano con unos pisos tutelados para personas con enfermedades mentales de Pontevedra se traza con mucho de casualidad y un toque de oportunidad. 

En todas las ediciones de Gran Hermano han sido diversas empresas las que han instalado el mobiliario de la casa. Y muchos se han preguntado estos años qué pasaba con esos muebles y objetos decorativos al acabar la emisión en televisión de cada edición. 

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Algunos de ellos acaban en destinos tan curiosos como útiles para sus nuevos propietarios. Así, la cocina en la que los espectadores conocimos por primera vez, hace casi 20 años a ChIqui, al ganador de la edición Iván Madrazo o a Gema Zafra, acabó ya hace unos años instalada en varios pisos tutelados de Pontevedra.

El curioso viaje de estos muebles, utilizados en Gran Hermano 10, allá por el año 2008, comenzó casi de casualidad, cuando una persona vinculada a la asociación Alba, que atiende en Pontevedra a personas con enfermedades mentales, vio un anuncio en una revista. La empresa The Singular Kitchen, que había instalado la cocina, la había desmontado y la sorteaba, un par de años después de la emisión del programa. Así que desde la asociación les escribieron para optar a esos muebles y electrodomésticos. Estaban preparando varios pisos de acogida para usuarios de la asociación y toda ayuda era poca para dotarlos de muebles y equipamiento.

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Parte de la antigua cocina de GH, ahora aprovechada en un piso tutelado de Pontevedra

Pero esa solicitud quedó olvidada hasta que un día por sorpresa les llegaron los muebles, la encimera y varios electrodomésticos. “No supimos si ganamos el sorteo o nos los mandaron a nosotros al conocer nuestra historia y para qué los necesitábamos” recuerda Roberto Fernández, psicólogo y portavoz de la asociación Alba. Pero el mobiliario llegó y fue repartido por varios pisos tutelados del colectivo. “Había unas encimeras, electrodomésticos de primera calidad que aún hoy funcionan y muebles”, detalla Roberto.

Desde entonces, las cocinas de estos pisos donde viven personas con enfermedades mentales guardan este secreto que no lo es tanto porque Roberto se apresura a contarlo como curiosidad a todos los nuevos residentes que llegan.

La asociación atiende a personas con trastornos mentales en Pontevedra

La asociación Alba de Pontevedra atiende a personas con trastornos mentales persistentes. Por sus talleres e instalaciones han pasado desde su creación más de 900 personas, la mayoría con trastornos como esquizofrenia o psicosis. De manera directa, atienden actualmente a 70 personas. Y algunas de ellas son residentes temporales de los ocho pisos tutelados que gestionan. Las viviendas tuteladas son lugares que les aportan “paz y equilibrio” como recuerdan desde la asociación, y les ofrecen una oportunidad residencial de manera más o menos temporal a personas que por diversas circunstancias relacionadas con sus patologías no pueden vivir con sus familias o de manera individual. en estos pisos viven supervisadas por terapeutas de Alba, en unas estancias que no siempre tienen una duración clara, ya que se prolongan mientras la persona lo necesite.