La administración Biden trabaja a dos bandas para la presidencia de 2024

  • Los principales asesores del presidente y el equipo de campaña electoral unen sinergias

  • Julie Chávez, hija de un activista latino, será la jefa de campaña

  • La última encuesta solo da a Biden un 36% de aprobación

La reciente candidatura oficial del actual presidente a la Casa Blanca, en 2024, es todo un desafío. Especialmente para los asesores de campaña del mandatario, quienes tendrán que conseguir que, por vez primera, una persona de 80 años (82 en caso de victoria) y una vicepresidenta que casi no ha tenido visibilidad pública durante los dos primeros años, obtengan la reelección. Para ello, un reducido grupo de colaboradores del ala oeste y la ya nombrada directora de campaña, Julie Chávez Rodríguez, se han unido en un único objetivo: conseguir el triunfo de Joe Biden y Kamala Harris.

Chávez estará rodeada para esta tarea de un equipo elegido por ella que, de forma paralela, trabajará en colaboración con un grupo formado por los principales consejeros demócratas, entre los que se encuentran Mike Donilon, Steve Ricchetti, Jennifer O’Malley Dillon, Bruce Reed, Anita Dunn y Jeff Zients, el jefe de gabinete de la Casa Blanca. Entre los dos equipos dirigirán la estrategia política y electoral de Biden.

Asesores

Los miembros del personal de la Casa Blanca que están participando en el desarrollo de la campaña electoral no solo son de máxima confianza de Biden, sino que han sido los instigadores de que Chavez y el resto de su equipo sean los responsables del proceso electoral. 

Donilon es una de las personas que más tiempo lleva trabajando con Biden. Fue su jefe de estrategia durante la campaña de 2020 y ahora es su asesor principal. Ricchetti ejerció como jefe de gabinete de Biden cuando este fue vicepresidente con Obama pero ademas tiene amplia experiencia en la relación con los donantes y los miembros del Congreso. 

OMalley Dillon fue la directora de campaña de Biden en 2020, en plena pandemia, y antes fue parte del equipo que consiguió la reelección de Barak Obama. Reed trabajo para Clinton y Al Gore antes de convertirse en jefe de gabinete de Biden. Hoy es su principal asesor político. 

Dunn, fundadora de la poderosa empresa de consultoría politica SKDK, es en la actualidad la principal asesora de Comunicación del presidente. Su matrimonio con el abogado Bob Bauer provocó que Newskeek, en 2009, les dedicara una portada como la pareja más influyente de Washington. Zients es en la actualidad el segundo jefe de gabinete del presidente y fue el máximo responsable del programa de vacunación contra el Covid, en la lucha de la Casa Blanca contra la pandemia.

Campaña

Chávez Rodriguez se convirtió en asesora principal del presidente y directora de la oficina de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca, el verano pasado. Antes había sido subdirectora de su campaña electoral, en 2020, y asistente principal de la entonces senadora Harris. Nieta del activista hispano en defensa de los derechos laborales, Cesar Chávez, es el guiño a la comunidad latina que puede ser clave en los resultados de las próximas elecciones presidenciales. Julie Chaves se convierte así en un personaje principal de la campaña de Biden, ya que además es el nexo de confianza entre la vicepresidenta Harris y los asesores del ala oeste de la Casa Blanca. 

El equipo que la directora de campaña ha reclutando está formado por Quentin Fulks (subdirector principal de campaña), Kevin Muñoz (responsable de relaciones con los medios) y los cargos Lisa Blunbt-Rochester, Jim Clyburn, Chris Coons, Tammy Duckworth, Verónica Escobar, Jeffrey Katzenberg y Gretchen Whitmer.

Fulks fue el director de campaña que consiguió la reelección del senador Raphael Warnock el año pasado, la primera con éxito de un senador demócrata, en Georgia, en más de 30 años. Muñoz, asistente hasta ahora del secretario de prensa de la Casa Blanca, será el responsable de atender a los medios durante el periodo electoral, aunque lo hará acompañado de otras personas que serán nombradas más adelante.

Blunt-Rochester, una profesional que a nivel personal está muy cercana a la familia Biden, es la primera mujer y la primera afroamericana en representar a Delaware en el Congreso. El congresista Clyburn es un antiguo colaborador de Biden, a quien benefició en las primarias al ofrecerle su apoyo en detrimento de Sanders, que le ha acercado además a la comunidad afroamericana y al voto negro. 

El senador Coons es visto como el representante en la sombra de Biden en el extranjero, ya que cuenta con una alto reconocimiento tanto en el Congreso como en las principales capitales de los países aliados. La senadora Duckworth, por su parte, es la primera mujer tailandesa estadounidense en el Congreso. Candidata a la vicepresidencia en 2020, es la cara visible de la amplia comunidad asiática del país. 

Escobar es la experta en el complejo y determinante tema migratorio. Es una de las dos primeras mujeres latinas en representar a Texas en la Cámara de Representantes, por la fronteriza ciudad de El Paso. Katzenberg es un importante recaudador de fondos demócrata que fue clave en la campaña presidencial de Biden, en 2020. Papel que intentará repetir en esta ocasión. Finalmente, el grupo fundamental de la campana electoral contará con Whitmer, gobernadora de Michigan, excandidata a la vicepresidencia y fiel escudera de Biden en los peores momentos. 

Encuestas

Todos ellos tendrán que trabajar duramente para conseguir el objetivo de llevar a Biden y Harris a la victoria. Los resultados de las consultas, de momento, son esquivos. Así lo muestra la última encuesta, realizada este mes por el Washington Post-ABC, donde el índice general de aprobación del trabajo de Biden es del 36%, por debajo del 42% desvelado el pasado mes de febrero. 

Lo más preocupante es que este resultado se da entre varios grupos que lo apoyaron, en 2020, con un amplio margen. En la actualidad, Biden recibe la aprobación del 26% entre los estadounidenses menores de 30 años, del 42% entre los adultos no blancos, del 41% entre los residentes urbanos y del 46% de los votantes sin afiliación religiosa.