Se declara Sede Vacante: quién es la máxima autoridad en la Iglesia y el Vaticano en este trance

La institución de la Iglesia Católica es conocida, entre otras cosas, por su alta jerarquización de mandos, una estructura vertical inmensa en que todas las piezas encajan en un complejo engranaje entre el sacerdocio, obispado, arzobispado, el Colegio Cardenalicio y, como figura de máxima autoridad, el papa. Ahora, a raíz de la muerte del papa Francisco a los 88 años, muchos se hacen una pregunta: ¿qué ocurre al término de un papado?

Con el fin de un pontificado la iglesia católica declara la “Sede Vacante”, un periodo que abarca desde el momento en que se produce la vacante en la sede romana, hasta la elección del siguiente sucesor en la ceremonia de cónclave.

Durante este tiempo se aplica el principio de nihil innovetur (que no se realicen innovaciones), un impasse en que el gobierno de la Iglesia queda a cargo del Colegio de Cardenales, con potestad únicamente para tratar los asuntos ordinarios o urgentes, así como para preparar todo lo necesario para la elección del nuevo Papa.

Pese a ello, tal y como recoge la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, “el Colegio de los Cardenales no tiene ninguna potestad o jurisdicción sobre las cuestiones que corresponden al Sumo Pontífice en vida o en el ejercicio de las funciones de su misión; todas estas cuestiones deben quedar reservadas exclusivamente al futuro Pontífice”.

Máximo responsable y decisiones durante la Sede Vacante

Durante la ausencia de la figura del papa en la iglesia de Roma, el encargado de custodiar la Sede es el Cardenal Camarlengo, encomendado a desarrollar amplias funciones en el periodo de sede vacante y en el Cónclave, garantizando los derechos de la Sede Apostólica.

El actual camarlengo de la Iglesia católica es el cardenal irlandes Kevin Farrell, quien recibió el puesto el 14 de febrero de 2019 de manos del papa Francisco.

A la hora de tomar decisiones, el Colegio de Cardenales se podrá reunir en dos tipos de sesiones: las Congregaciones Generales y las Congregaciones Particulares.

Las Generales consisten en reuniones diarias de asistencia obligatoria para todos los cardenales que no estén legítimamente impedidos, aunque, en la práctica, aquellos que no vayan a formar parte del comité de electores podrían permanecer ausentes. En ellas se abordan los temas de mayor relevancia, votados y electos por mayoría simple de votos.

Por otro lado, las Congregaciones Particulares están formadas por el Cardenal Camarlengo y otros tres Cardenales elegidos por sorteo, llamados Asistentes. En ellas se tratan los asuntos más rutinarios y de menor importancia de la Iglesia Católica.

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