Alemania

Protección Civil en Alemania publica una guía para estar preparado en caso de guerra: recomiendan tener suministros de tres a diez días

Imagen de archivo de un supermercado. EP (ARCHIVO)
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Alemania es uno de los países más seguros del mundo”, pero “la guerra ya no parece tan imposible como hace unos años”, asegura la Oficina Federal de Protección Civil y Asistencia en Desastres (BBK) del país. Por primera vez en 35 años, la BBK ha advertido sobre la posibilidad de conflicto en una nueva guía para saber cómo actuar en casos de crisis, porque “si algo sucede, es mejor estar preparado”.

Cabe destacar que la publicación de esta guía se da en medio del debate sobre el servicio militar y el uso de drones, lo que denota que los alemanes tienen muy presente la guerra. Tanto es así que la BBK afirma que “en el contexto de la agresión rusa contra Ucrania, muchos ciudadanos han recurrido a la Oficina Federal de Protección Civil y Asistencia en Desastres con preocupaciones y preguntas”. Por este motivo, la BBK decidió incluir en la actualización las recomendaciones en caso de guerra en este nuevo folleto, algo que no ocurría desde 1990.  

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Pero la guerra no es la única amenaza que la BBK contempla en la guía titulada ‘Preparación para crisis y catástrofes’. En esta, que supone una actualización de la que se publicó en 2013, han incluido también los desastres naturales y fallos técnicos, así como las amenazas híbridas que abarcan desde ciberataques a infraestructuras críticas hasta estrategias de desinformación, sabotaje y guerra.

Recomendaciones de la guía

La recomendación principal de la guía es preparar cada hogar para ser autosuficiente idealmente diez días, aunque “un suministro de al menos tres días ayuda mucho”. Para ello, se deben tener en cuenta las diferentes intolerancias que existan entre los miembros de la vivienda, así como las preferencias de cada miembro sin olvidar que el consumo de agua debería ser de dos litros por persona y día.

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Para hacerlo de la forma más eficiente posible teniendo en cuenta el espacio de almacenaje, el coste y el desperdicio alimentario, recomiendan llevar a cabo una estrategia de “suministro vivo”. Esto significa que, en lugar de acumular muchos alimentos de una sola vez, se deben ir incorporando poco a poco a la hora de hacer la compra, añadiendo uno o dos cada vez que se acude al supermercado. Además, inciden en la importancia de colocar correctamente los suministros en casa: los recién comprados, en el fondo del armario para consumir antes los que caducan más pronto. Tampoco se deben olvidar los productos básicos de higiene personal.

Además de tener acopio de alimentos y agua en la despensa, recuerdan que hay que revisar el botiquín asiduamente para tener siempre medicamentos importantes para varios días. Este botiquín debería contener, entre otros artículos, analgésicos, ungüentos para quemaduras, heridas y cicatrizantes, un termómetro y antipiréticos. También son útiles los medicamentos para la diarrea, los vómitos y las náuseas, así como electrolitos para compensar la pérdida de líquidos. Es importante tener, destacan, desinfectantes para la piel y las heridas, vendas y apósitos, guantes desechables, pinzas y tijeras.

En caso de fallo eléctrico, que podría producirse también en un contexto de guerra, es imprescindible tener una linterna y un hornillo de acampada o alcohol para poder ver y cocinar.

Asimismo, urgen tener preparada la documentación personal, un equipaje de emergencia con ropa de abrigo, entre otras cosas, y una aplicación de alerta en el teléfono móvil para poder obtener información crucial a tiempo. No obstante, en caso de corte de electricidad, esta aplicación no funcionará, por lo que recomiendan tener una radio a pilas o manivela para mantener la comunicación. Sobre este último asunto, hacen hincapié en cómo tratar la información en estos contextos, donde la desinformación puede aumentar. Recuerdan que siempre se debe tener en cuenta la fuente de la noticia antes de compartirla y no debemos propagar lo que nos diga un tercero.