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El ex vicepresidente del gobierno de Barack Obama y candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, ha sido acusado de agresión sexual por una ex asistente del Senado llamada Tara Reade, según reporta The New York Times, periódico de cabecera del país.
La presunta víctima afirma que los hechos sucedieron en 1993 cuando, durante no mucho tiempo, trabajó como asistente personal en la oficina del Senado de Biden.
En 2019, Reade acusó a Biden de tocarla de manera inapropiada, pero el pasado jueves, amplió la acusación en las dependencias policiales de Washington DC, denunciándolo por agresión sexual.
Tara Reade, hizo pública la denuncia el pasado 25 de marzo, en una entrevista de podcast afirmando que, el entonces senador de Delaware, la inmovilizó empujándola contra la pared y penetró con los dedos por debajo de la falda cuando le llevó una bolsa de deporte.
Según la versión de Reade, relatada en The NY Times, todo sucedió de manera muy rápida: “Me estaba hablando y sus manos estaban en todas partes. Me estaba besando y dijo, muy bajo, ¿Quieres ir a otro lado?".
Reade cuenta que se apartó y que Biden se detuvo: "Me miró casi perplejo o conmocionado, y el dijo: Vamos, hombre, entendí que te gustó".
"Me señaló con el dedo y simplemente dijo: No eres nada para mí, nada. Luego, me tomó de los hombros y dijo: Estás bien, estás bien".
Según su relato, Biden se fue por el pasillo, ella se dirigió a su casa y llamó a su madre llorando, quien la animó a presentar un informe policial de inmediato.
Lo primero que hizo Reade, fue contárselo a su compañera Marianne Baker, asistente ejecutiva de Biden, así como a dos de los principales asesores, Dennis Toner y Ted Kaufman, sin mencionar la presunta agresión sexual.
Reade asegura que posteriormente presentó una queja sobre Biden en el Senado por acoso (y no por agresión sexual) pero ni tiene copia de la reclamación, ni se ha encontrado dicha documentación.
En la década de los 90, la Ley Federal ya establecía procedimientos para las denuncias de acoso o discriminación en el trabajo por motivos de género, pero el proceso por la queja de Reade nunca se llegó a iniciar.
Después de presentar una reclamación oficial, Reade cuenta que Kaufman, por aquel entonces jefe del gabinete de Biden, le dijo que no encajaba bien en la oficina y que tenía un mes para encontrar otro trabajo.
Kaufman, ahora niega los hechos diciendo que Reade no se lo comunicó, y “si lo hubiera hecho, lo recordaría”.
Toner, por su parte, también lo ha desmentido argumentando que tal acusación, “está fuera de lugar para el Sr. Biden”.
En el informe de la policía, según el reporte del New York Times, la presunta agredida no menciona a Joe Biden por su nombre, pero la supuesta víctima dijo que la denuncia era sobre él y que ampliaba ahora la acusación con matices más graves ante posibles amenazas y porque estaba asustada.
En EE.UU. presentar un informe policial falso, puede ser castigado con multa y encarcelamiento.
Después de que un periódico local de California se hiciera eco de su denuncia, Reade contó en una entrevista a The NY Times que “se tuvo que enfrentar a una ola de críticas y amenazas de muerte, así como acusaciones de que era una agente rusa y que se habían publicado una serie de tuits (que han sido eliminados), alabando al presidente Vladimir Putin”.
Reade dijo que "no estaba trabajando para Rusia, que no apoyaba al Sr. Putin, y que sus comentarios fueron sacados de contexto de una novela que estaba escribiendo en ese momento: Estaban intentando difamarme pero eso no cambiará los hechos de lo que sucedió en 1993".
El año pasado, además de Reade, otras siete mujeres acusaron a Biden de besarlas, abrazarlas y tocarlas de una manera que las hizo sentir incómodas.
La primera en dar a conocer una situación de esta índole fue la ex legisladora de Nevada, Lucy Flores, quien declaró que Biden “la tocó y la besó inapropiadamente sin su consentimiento” en un mitin en 2014 durante la postulación para vicegobernador de Nevada.
Reade, por su parte, dijo que el político estadounidense "le acarició el cuello en público, enredó los dedos en su cabello y la tocó de una manera que le hizo sentirse violenta".
Biden niega las acusacionesLa subdirectora de campaña y jefa de comunicaciones de Biden, Kate Bedingfield, ha manifestado en un comunicado que el ex vicepresidente “ha dedicado su vida pública a cambiar la cultura y las leyes en torno a la violencia contra las mujeres”, destacando su labor en la aprobación la Ley sobre la Violencia contra las mujeres.
“Él cree firmemente que las mujeres tienen derecho a ser escuchadas, y escuchadas con respeto”, añadió Bedingfield, y consideró que “estas acusaciones deben ser revisadas de forma diligente por una prensa independiente”.
“Lo que está claro sobre esta acusación: no es cierta. Esto definitivamente no ocurrió”, ha informado Bedingfield.
El año pasado el demócrata estadounidense de 77 años, reconoció las quejas de las mujeres sobre su conducta, exponiendo que sus intenciones eran buenas y prometió ser “más consciente y respetuoso con el espacio personal de las personas”.
"En mi carrera, siempre he tratado de hacer una conexión humana, creo que es mi responsabilidad", dijo Biden en un video que publicó en su cuenta de Twitter.
"Doy la mano, abrazo a la gente, agarro a hombres y mujeres por los hombros y les digo: Puedes hacer esto".
Pero agregó: “Las normas sociales han comenzado a cambiar, han cambiado, y los límites de la protección del espacio personal se han restablecido y lo entiendo. Lo entiendo. Escucho lo que dicen”.
Según The New York Times, desde que se publicó en internet de podcast de Reade, ha estado haciendo un seguimiento del caso para llevar a cabo.
En sus investigaciones, una amiga de Reade confirmaba que la presunta víctima le contó en 1993 el supuesto acoso que sufrió por parte de Biden. Una segunda amiga también recordó que en 2008, Reade le reveló que el veterano político la había tocado inapropiadamente y que había sido una experiencia traumática. Ambos han querido mantenerse en el anonimato, para proteger la privacidad de sus familias y sus negocios.
De su familia, además de haberlo compartido supuestamente con su madre, ya fallecida, Reade contó lo detalles de lo sucedido a su hermano.
“The Times entrevistó a la Sra. Reade durante varios días a lo largo de horas, así como a aquellos a quienes les contó sobre el comportamiento del Sr. Biden y otros amigos. The Times también entrevistó a abogados que hablaron con la Sra. Reade sobre su acusación; casi dos docenas de personas que trabajaron con el Sr. Biden durante la década de 1990, incluidas muchas que trabajaron con la Sra. Reade; y las otras siete mujeres que criticaron al Sr. Biden el año pasado, para discutir sus experiencias con él”, ha publicado el periódico.
“Ninguna otra acusación sobre agresión sexual apareció en el curso de la denuncia, ni ningún ex miembro del personal de Biden corroboró ningún detalle de la acusación de la Sra. Reade”.
Por tanto, “The Times no encontró ningún patrón de conducta sexual inapropiada por parte del Sr. Biden”, aclara el periódico.
La acusación de Reade llega en un momento muy delicado para Biden, candidato a las elecciones presidenciales por el Partido Demócrata, después de que su contrincante Bernie Sanders abandonara la carrera a la Casa Blanca.
No es la primera vez que un líder político estadounidense de primerísima línea se ve salpicado por denuncias de mujeres sobre cuestiones sexuales.
El presidente Trump ha sido acusado de agresión sexual y mala conducta por más de una docena de mujeres que describieron un patrón de comportamiento que va mucho más allá de las acusaciones realizadas contra Biden.
Durante la campaña de 2016, de hecho, se vio obligado a disculparse después de que en una grabación realizada en 2005, le descubriera presumiendo sobre utilizar su fama para sobrepasarse con las mujeres.
El presidente no se ha manifestado, al menos de momento, respecto a la acusación de Reade, que ha circulado en las redes sociales y en medios de comunicación tanto liberales y conservadores.
Las elecciones de noviembre entre Joe Biden y el presidente, Donald Trump, serán las primeras en la era del #MeToo, el movimiento que llevó a numerosas mujeres a hacer públicas acusaciones de agresiones sexuales, algunas contra hombres en posiciones de influencia en la política, la industria del entretenimiento y otros sectores profesionales.
La contienda entre ambos políticos para las elecciones presidenciales de noviembre, surgida en medio de la crisis de la pandemia por el Covid-19, se prevé por esta y otras razones, ciertamente convulsa.