Rocco Casalino, portavoz de Conte: “Renzi creó una crisis inmoral en plena pandemia”

  • Entrevista en NIUS con el ex responsable de comunicación de la Presidencia italiana

  • "Renzi necesitaba echar a Conte porque fracasó en la creación de su partido. Estaba ocupando el espacio al que Renzi aspiraba"

  • "La política es un club elitista que no tolera a quien viene de fuera. Estar en una casa hace 20 años no tiene nada que ver con mi credibilidad"

El día que Giuseppe Conte abandonó el Palacio Chigi, Rocco Casalino (Frankenthal, Alemania, 1972) lo despidió llorando. Durante dos años y medio fue su portavoz y principal asesor de comunicación. Una sombra del primer ministro, el Iván Redondo italiano, que se encargó de transformar a un abogado desconocido en un hombre de Estado. Casalino siempre estuvo en primera línea, no faltaba en ninguna foto, incluso en las reuniones con los líderes internacionales. Cuando la pandemia sorprendió a Italia y la comunicación de la Presidencia se hizo omnipresente, nunca quedó muy claro dónde terminaba Casalino y empezaba Conte.

Su participación en la primera temporada de la versión italiana de Gran Hermano lo catapultó a la fama. Y años más tarde, cuando surgió el Movimiento 5 Estrellas (M5E), un partido obsesionado con captar las tendencias que conectaban con el gran público, lo ficharon. Homosexual reconocido, siempre denunció ser víctima de la homofobia en su país. Ahora acaba de publicar un libro titulado ‘Il portavoce’ (el portavoz). En él retrata a un niño procedente de una familia del sur de Italia que tuvo que emigrar a Alemania, donde sufrió el acoso de sus compañeros y la violencia de su propio padre. En la portada se le ve sentado en un sillón, como Kevin Spacey en el cartel de ‘House of cards’. Casalino antes no hablaba, pero nunca estuvo del todo en la sombra.

PREGUNTA- Decía Andreotti que el poder desgasta a quien no lo tiene. ¿Cómo se siente al perderlo?

RESPUESTA - No he vivido nunca mi trabajo como una forma de poder. Estoy muy bien, pensando más en mí mismo. Aunque, en realidad, Conte está trabajando ya en la reconfiguración del M5E y estamos todos con él.

P- ¿Cómo ve la nueva etapa, qué perfil debería adoptar el M5E?

R- Como una gran oportunidad, porque se puede construir un M5E que sea clave de bóveda, fundamental para la estabilidad. Ya hemos demostrado ser centrales, no pueden hacer un Gobierno sin nosotros. Además, somos el partido más moderno, innovador, reformista, atento a la transformación ecológica, digital… Somos objetivamente el futuro.

P- Ese tándem Conte-Casalino tenía fuerza por un motivo totalmente opuesto. Conte no pertenecía a un partido y os movíais con independencia.

R- Era un momento distinto. Aún así, no había ningún tándem. Él era presidente y yo portavoz. Meterme siempre a mí en medio lo encuentro erróneo. Conte ha sido un gran presidente, que ha dado credibilidad a Italia en Europa y consiguió los 209.000 millones del fondo de recuperación.

P- ¿Quién ha sido Conte para Italia?

R- Fue la persona que guio a un país en un momento de emergencia, se convirtió en una referencia para todos. Fue un estadista, hablaba de los eurobonos cuando no lo hacían otros. Es uno de los hombres que han contribuido a cambiar Europa, ya que ahora no es percibida como un lugar donde los burócratas deciden, sino como una verdadera unión. A nivel europeo lo definían como uno de los políticos más influyentes y mientras, en Italia querían acabar con él. Esto dice mucho de lo extraño que es este país.

P- Y en ese retrato tan positivo que dibuja no me diga que no ve nada de su obra…

R- Yo me ocupé de resaltar las cualidades que estaban presentes. Si Conte tenía una alta credibilidad internacional y era visto con respeto por Merkel, Macron o Sánchez no era por mí, sino por sus méritos. Yo pude ser bueno proyectando esa credibilidad en Italia, pero él es quien se sentaba en el Consejo Europeo.

P- Entonces, ¿esa figura que se creó de usted es un mito? En los discursos, nunca estaba claro si hablaba Conte o Casalino.

R- Él tenía una popularidad tan alta que me atacaban a mí porque no lo podían atacar a él. Creaban esos rumores absurdos que no eran reales. La legislatura ya empezó minusvalorando la fuerza y la estatura de Conte. Primero se decía que estaba en medio de Salvini [líder de la Liga] y Di Maio [entonces líder del M5E], después que no se sabía quién estaba detrás y luego me metieron a mí en medio. Siempre había que dar a entender que detrás de él había otro. Y, en realidad, detrás de Conte estaba Conte. Es una persona con unas cualidades humanas extraordinarias y una competencia política única. En la Historia de la República tendrá un capítulo importante.

P- Usted siempre ha denunciado que lo castigaron por ser un ‘outsider’, pero un ‘outsider’ también tiene un valor. Cuenta en su libro esa historia de chico ridiculizado en Alemania hasta hoy. Ha podido construir la figura del hombre llegado de la nada a tocar el mayor poder, precisamente como Conte.

R- Lo que nos une es que venimos de abajo. No tenemos protectores, un lobby detrás y por eso nos han atacado. En mi caso, no era normal que alguien así pudiera cubrir un encargo institucional.

P- ¿Qué lógica encuentra? ¿Cree que estaba siempre detrás el Gran Hermano, la homofobia o la política como un club privado?

R- Sobre todo, un club elitista que cree estar por encima y que no tolera a quien viene de fuera y tiene un pasado. Yo hace 20 años, cuando tenía 25, tuve una experiencia televisiva divertida, que terminó ahí. No tiene nada que ver con mi credibilidad. Se puede ser un gran médico, arquitecto, ingeniero, periodista o comunicador, independientemente de que haya estado en una casa hace 20 años. Se intentó siempre explicar que yo llegué donde estaba por Gran Hermano y es ridículo. Soy lo que soy por lo que he estudiado y leído, no por lo que hice en Gran Hermano.

P- Fue un programa con un gran impacto social y estas cosas en política pesan…

R- Sí, porque utilizan todo para poder denigrarte. Es el juego, pero es un juego sucio. Ahora he escrito un libro, estoy hablando en televisión y los italianos lo han entendido. Muchos de los políticos que me atacaban ya no tienen valor para hacerlo, están escondidos.

P- ¿Sintió alguna vez que querían derribar a Conte para acabar con usted? Cuando Renzi hablaba de la política como un ‘reality’, apuntaba claramente a usted.

R- No, Renzi necesitaba echar a Conte porque fracasó en la creación de su partido, que tiene una expectativa de voto del 2%. Tenía que crear un terremoto político para volver a tener un espacio político, es el único motivo. Conte representaba un problema para él porque estaba ocupando el espacio al que Renzi aspiraba. Pensaba que acabaría con Conte con esta operación, pero paradójicamente ha salido reforzado. Ha gobernado durante tres años y no se ha quemado, parece fresco, se ha convertido en un político nuevo. Renzi lo ha reforzado ante la opinión pública, Conte renace como un gigante, un gran estadista, una persona buena y limpia. Hacerlo caer cuando tenía una popularidad del 65% y un gran perfil europeo lo convierte en más querido aún para los italianos.

P- La realidad es que Conte ya no es primer ministro…

R- Pero está trabajando para poder guiar al primer partido político italiano.

P- Los sondeos dicen que ese primer partido es la Liga de Salvini.

R- Con Conte, lo será el M5E.

P- ¿Siente rencor hacia Renzi?

R- Más que como portavoz o miembro del M5E, siento un gran malestar como italiano por ver cómo creó una crisis tan inmoral. Sumió al país en el vacío en plena pandemia y creó un terremoto para encontrar un espacio político porque fracasó con su partido. Lo veo como una operación política, pero hacerlo durante una pandemia lo encuentro inmoral.

P- ¿Cuándo se dio cuenta de que Renzi vencería?

R- Nos dimos cuenta rápido, porque lamentablemente tenía los números. Intentamos una operación para encontrar parlamentarios que lo sustituyeran, pero no funcionó y comprendimos en seguida que el objetivo era hacer caer a Conte, no buscar un acuerdo o resolver los problemas de los italianos. Tanto es así que ya nadie habla del fondo de rescate [MEDE], que Renzi quería solicitar.

P- Con Draghi la comunicación es muy diferente. No hay filtraciones, rumores… ¿No será que un poco de ‘reality’ sí que había en el Gobierno anterior?

R- Son estupideces. Siempre existirán rumores, los periódicos se llenan de eso. No era una necesidad mía crearlos. Los periódicos tienen que llenar sus páginas y a los lectores les gustan esas cosas. Me hace gracia que hablen de ‘reality’, lo que había con Conte era una comunicación moderna, basada en Internet y redes sociales. La comunicación es muy distinta a la del pasado, establece una relación más directa entre la política y los ciudadanos.

P- ¿Quién quería boicotear entonces al Gobierno con tanta filtración de los borradores de los decretos que anticipaban nuevas restricciones?

R- Cuando mandas los documentos a tantas oficinas, a las regiones… Lo mandas a tantas personas que siempre alguien quiere hacer daño. El problema es que perjudica al país y eso da asco.

P- Una vez leímos una filtración a un periodista en la que usted mismo llamaba “mierdas” a los técnicos del Ministerio de Economía por impedir que el Gobierno elevara el déficit permitido por Bruselas…

R- Eso pasó al principio. Estaba muy cabreado porque no se encontraba dinero para aprobar la renta básica ciudadana del M5E, que era una medida fundamental. Me desfogué mandando un mensaje privado a un amigo periodista, que pensé que no publicaría, y lamentablemente no fue tan amigo como pensaba. A menudo me enfadaba la burocracia y cómo los técnicos se oponían a los partidos que habían vencido en las urnas.

P- ¿Cómo valora entonces la comunicación del Gobierno de Draghi, formado por técnicos? A diferencia de ustedes, se basa principalmente en el silencio.

R- Es muy pronto, espero para poder juzgarlo con respeto. Entiendo que quiere dar una señal de novedad, pero no se puede guardar silencio a largo plazo. El presidente de un país debe dialogar con los ciudadanos.

P- Hace años el ‘Boston Globe’ publicó un informe que revelaba que los discursos de Trump los podía seguir un niño de nueve años. A menudo Conte habló con eslóganes, mensajes muy simples que llegaban a todos. Cuando el lenguaje es tan básico, ¿se corre el riesgo de que las políticas también sean básicas?

R- No creo que el lenguaje de Conte sea para nada básico. Es el lenguaje de un profesor, tiene un discurso muy articulado. Otra cosa es insertar alguna frase que entiendan todos los ciudadanos, me parece correcto hablar para que te entiendan todos. No somos élites, gobernamos para la gente, para todo un país.

P- No sé si conoce a Iván Redondo, que ejercía su mismo papel con Pedro Sánchez en España. Al principio se hablaba mucho de él y ahora no atrae tanta atención mediática. ¿Cree que ha hecho un buen trabajo con Sánchez?

R- Creo que sí, Sánchez es una persona extraordinaria. Miro su estrategia de comunicación con mucho interés porque creo que es una de las mejores.

P- Sánchez y Conte se entendían muy bien.

R- Mucho. Sánchez es una persona honesta, transparente, empático y con un perfil humano elevado.

P- Una curiosidad. ¿Ese aspecto que tienen todos los miembros del M5E, siempre tan perfectamente vestidos, se lo deben un poco a usted?

R- No creo que cuente mucho, la revolución verdadera no es esa. Creo que los ciudadanos miran más el contenido de los políticos que la forma.