El príncipe Harry y Meghan Markle contratan al exguardaspaldas de Kim Kardashian para encargarse de su seguridad

El hijo menor del rey de Inglaterra, el príncipe Harry, y su esposa Megan Markle tienen una prioridad en sus vidas y es mantener la seguridad y la privacidad de sus hijos sobre todas las cosas, por eso han decidido encargarle la tarea a alguien con gran experiencia.

El exguardaespaldas de uno de los personajes más perseguidos y famosos de Estados Unidos, Kim Kardashian, será ahora el encargado de la seguridad de Harry, Megan y sus hijos, quienes se encuentran instalados viviendo en la lujosa zona de Montecito, Los Ángeles.

Tras las últimas amenazas de muerte recibidas por los royal han decidido cambiar y reforzar su seguridad, una cifra que les podría costar en torno a los 1.800 euros al día según afirma The Sun.

Este refuerzo de seguridad coincide con la ausencia de Harry durante la coronación del rey Carlos III que tuvo lugar el pasado sábado 6 de mayo y a la que solo asistió el príncipe, Megan decidió quedarse en Los Ángeles con sus hijos.

Harry no fue invitado al saludo desde el balcón

En los últimos días se intensificaron los rumores sobre que el príncipe Harry no fue invitado formalmente al histórico saludo que la familia real británica realizó desde el balcón del palacio de Buckingham.

Durante la coronación en la abadía de Westminster, Harry permaneció en una tercera fila no muy lejos del príncipe Andrés, quien también renunció a sus funciones públicas como miembro de la Casa Real británica tras ser acusado de abusos sexuales a menores en el marco del caso del magnate Jeffrey Epstein.

Harry, que tampoco participó en la procesión oficial de la coronación por las calles de Londres, se embarcó en un vuelo hacia Los Ángeles para pasar el día junto a su esposa y su hijo mayor, Archie, según recogió Sky News.

La figura del príncipe Enrique, quinto en la línea de sucesión al trono, se ha convertido en motivo recurrente de polémica en Reino Unido, después de que tanto él como su pareja renunciasen a ejercer labores propias de la familia real y denunciasen situaciones de acoso. A las primeras críticas públicas le siguieron un libro de memorias y un documental donde habló sin tapujos de su vida.