El cambio climático provoca el 68% de las muertes por calor extremo en Europa: alerta en Barcelona
Madrid es la segunda capital europea con mayor proporción de fallecimientos por calor atribuibles al cambio climático
Italia, España y Alemania encabezan la lista de países más afectados por las altas temperaturas estivales
Hasta el 68 por ciento de las muertes provocadas por calor extremo en Europa durante el verano se relacionan con el cambio climático, según un estudio del Imperial College de Londres, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, la Universidad de Berna, el Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos y la Universidad de Copenhague.
El aumento de las temperaturas medias en hasta 3,6 grados habría contribuido al fallecimiento de 24.400 personas en 854 ciudades del continente, de las que unas 16.500 podrían haberse evitado sin el incremento del calor asociado a la quema de combustibles fósiles y la deforestación, de acuerdo con los autores del análisis.
Impacto desigual en países y capitales
Los expertos advierten que estas cifras son “solo una instantánea”, ya que la investigación abarcó en torno al 30 por ciento de la población europea. También recuerdan que la mayoría de las muertes ligadas al calor no se notifican y que los problemas cardíacos, respiratorios o renales se agravan con las altas temperaturas.
Los países con más muertes estimadas este verano por efecto del cambio climático son Italia (4.597), España (2.841), Alemania (1.477), Francia (1.444), Reino Unido (1.147), Rumanía (1.064), Grecia (808), Bulgaria (552) y Croacia (268). Entre las capitales más afectadas figuran Roma (835), Atenas (630), París (409), Madrid (387), Bucarest (360), Londres (315) y Berlín (140). Madrid destaca como la segunda capital con mayor porcentaje de muertes atribuibles al cambio climático (93 %), solo por detrás de Estocolmo (97 %) y seguida de Bratislava (85 %).
Vulnerabilidad de las personas mayores
"Este estudio demuestra por qué es tan urgente la necesidad de dejar de quemar petróleo, gas y carbón. Hoy, con tan solo 1,3 grados de calentamiento, miles de personas ya mueren a causa de fenómenos meteorológicos intensificados por el cambio climático. Pero este siglo vamos camino de experimentar hasta 3 grados, lo que traería a Europa un calor estival más intenso y mucho más mortal", ha declarado la profesora Friederike Otto, del Centro de Política Ambiental del Imperial College de Londres.
El informe señala que las personas mayores de 65 años son las más expuestas, ya que representan el 85 % del exceso de mortalidad, algo especialmente preocupante ante el envejecimiento de la población europea y el rápido calentamiento del continente. Los autores piden políticas para que las ciudades sean más resilientes al calor extremo, recordando que el 70 % de la población europea vive en áreas urbanas, que pueden ser entre 4 y 6 grados más cálidas que las zonas rurales. Entre las medidas recomendadas figuran ampliar los espacios verdes y azules, fundamentales en periodos de altas temperaturas, sobre todo en barrios con menos recursos.
Ciudades más expuestas y necesidad de acción
"Las ciudades son muy vulnerables a las olas de calor debido a que grandes cantidades de superficies de hormigón y asfalto atrapan y retienen el calor, mientras que el transporte y el consumo de energía generan aún más, intensificando las peligrosas temperaturas urbanas (...) Las tendencias convergentes de urbanización, envejecimiento de la población y cambio climático impulsan la vulnerabilidad y aumentan el riesgo de alcanzar los límites de la adaptación", apuntan los investigadores. A pesar de los avances en planes de protección, los especialistas insisten en que lo más eficaz para prevenir veranos más extremos es reducir rápidamente el uso de combustibles fósiles.
"A pesar de ser el tipo de clima extremo más mortal, el calor se ha subestimado durante mucho tiempo como riesgo para la salud pública. Por ejemplo, incluso este verano en Europa, la gente sigue trabajando al aire libre con temperaturas superiores a los 40 grados. Nadie esperaría que alguien arriesgara su vida trabajando bajo lluvias torrenciales o vientos huracanados, pero el calor peligroso todavía se trata con demasiada ligereza", ha aseverado Garyfallos Konstantinoudis, del Instituto Grantham de Cambio Climático y Medio Ambiente del Imperial College de Londres.
Aumentos moderados, efectos letales
Los investigadores subrayan que incluso ligeros incrementos de temperatura pueden provocar aumentos drásticos de fallecimientos, sobre todo entre personas vulnerables. Entre junio y agosto, las temperaturas superaron en 0,9 grados la media de 1990-2020, convirtiendo este verano en el cuarto más caluroso. Asimismo, estiman que el calor estival en Europa es entre 1,5 y 2,9 grados superior a lo que habría sido sin el calentamiento derivado de la quema de combustibles fósiles.
"Puede que no parezca mucho, pero nuestro estudio demuestra que cambios en el calor estival de tan solo unos pocos grados pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte para miles de personas. Es otro recordatorio de que el cambio climático no es un problema que podamos abordar en el futuro", ha insistido la investigadora Clair Barnes. La experta advierte de que cuanto más retrasen los gobiernos el abandono de los combustibles fósiles, más “letal” será el calor veraniego.
Llamamiento a reforzar políticas climáticas
De manera similar, Pedro Zorrilla Miras, de Greenpeace, insta al Gobierno español a adoptar una postura "acorde con la ciencia" y a reforzar los objetivos climáticos, con propuestas como nuevos impuestos a los grandes contaminadores, adaptación de ciudades y pueblos o protección urgente de los colectivos vulnerables.
"Hoy la ciencia vuelve a demostrar que el cambio climático mata.España es uno de los países europeos con más muertes este verano ligadas al calor, con casi tres cuartas partes atribuibles al cambio climático. En la capital, Madrid, la situación todavía es más extrema y casi todas las muertes por calor, se debieron a la crisis climática", ha concluido Zorrilla.