El dolor por la muerte de Carlos, profesor de baile de Andorra, en un choque frontal con un conductor ebrio y drogado: "Nos lo ha quitado"
La hermana de Carlos Manuel Miguel, fallecido en Lleida por un conductor ebrio y drogado, pide justicia por el joven de Andorra
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Carlos Manuel Miguel, un joven peruano de 35 años que residía desde su adolescencia en Andorra y trabajaba como profesor de baile, acudió a una convención en Barcelona junto a su novia el pasado sábado. Una vez concluyó la cita en la capital catalana, al tener un evento el domingo, decidió volver por la noche en coche hasta su casa. Sin embargo, nunca llegó. En pleno trayecto, en el kilómetro 26,8 de la carretera L-313, a la altura de Oliola, en Lleida, perdió la vida en un choque frontal sobre las 01:20 horas.
La hermana de Carlos, Mónica, asegura que "un hombre que conducía un Lexus y que había realizado varios adelantamientos a gran velocidad previamente se saltó una doble línea continua e impactó brutalmente con el coche de Carlos y su pareja antes de chocar también con el vehículo de un taxista, que resultó herido leve". El causante del siniestro, que no presentaba lesiones de gravedad, iba bebido y drogado, según confirmaron los Mossos d'Esquadra y, según el entorno del fallecido, no tendría el carnet en vigor y tampoco seguro del coche.
Carlos murió en el acto, mientras que su novia fue ingresada en el Hospital Arnau de Vilanova en estado grave y "podría tener secuelas", como explica a la web de Informativos Telecinco Mónica. El conductor que provocó el choque fue detenido acusado de "homicidio imprudente grave", como explicó la policía catalana. La familia del profesor de baile espera que se considere este citado delito y que no se califique lo ocurrido como "un accidente".
La muerte de Carlos ha supuesto un enorme varapalo para sus familiares
Carlos trabajaba en el grupo Pyri y era encargado de FNAC. "Compaginaba su trabajo con sus proyectos. Uno de ellos era su escuela de baile Carlos y Carolina Dancers. Otro era el gimnasio, del que era un apasionado. El sábado, horas antes de su muerte, participó en una convención de InCruises -evento de emprendedores- en Barcelona", detalla Mónica. Su muerte ha supuesto un duro varapalo para todos sus seres queridos.
"Toda Andorra se ha volcado con nosotros, algo que es increíble, que me arropa y me fortalece para seguir. Mi hermano ha sido una persona muy conocida y querida en este país. Una persona brillante que nunca ha tenido ningún problema, absolutamente nada. Alguien con mucha energía y siempre con una sonrisa para todo el mundo", precisa sobre cómo era Carlos.
Mónica se encontraba con su madre, quien vive cerca de sus tres hijos desde hace años. Pero ahora cuenta con el apoyo de todo su entorno, incluido su padre, que ha venido desde Perú. "Queremos tener información del acusado. Nos ha quitado lo que más queríamos", lamenta.
El entorno de Carlos destaca que, además de tener que afrontar su muerte, han atravesado un duro procedimiento para que les entreguen su cuerpo: "Hicimos trámites con la embajada y han tardado cuatro o cinco días en hacer la entrega". El tanatorio ha tenido lugar este pasado jueves y el entierro este viernes.
"Tres años no valen la vida de mi hermano"
La familia subraya que necesitan "que se haga justicia y que se le imponga a esta persona una pena justa de cárcel". "A mí la indemnización que haya me da igual, eso es lo de menos. Lo que queremos es que caiga todo el peso de la ley sobre él, los 10 o 20 años que se tenga que comer", explica Mónica. Los familiares del joven fallecido siguen de cerca la investigación. No obstante, confiesan temer que, al ser el acusado "una persona con recursos", ya que "proviene de una familia pudiente de pueblos de Cataluña", pueda recibir una "pena irrisoria".
"Hablé con un mosso y me dijo que, teniendo en cuenta lo ocurrido y posibles reducciones, podrían caerle un máximo de tres años de cárcel. Pero tres años no valen la vida de mi hermano. Me lo ha quitado, me lo ha matado. No es que Carlos fuera imprudente. Este hombre se saltó una curva y le mató. Es un homicidio con todas las letras, fue directo", señala la hermana de Carlos, que afirma que el acusado fue detenido, pero que no sabe si se encuentra en libertad al pagar una fianza. "He llamado muchas veces a los Mossos y no me dicen qué ha pasado", agrega.
Mónica cuenta con una abogada, pero el lunes buscará un abogado penalista en Lleida para ayudar en el caso. Por ahora recopila toda la información de lo sucedido. Uno de los detalles más importantes es que, según ella, "hay testigos": "Están dispuestos a ayudar y dar la cara. Uno de ellos me escribió y me dijo que estaba para cualquier cosa, para declarar y para apoyar". Desde el entorno, otras fuentes indican a este medio que estas personas habrían sufrido un adelantamiento muy arriesgado del acusado antes de encontrarse a los vehículos siniestrados más adelante, "sabían que iba a ocurrir algo con él".
Según el Código Penal de España, los hechos podrían constituir un homicidio por imprudencia grave (art. 142.1), castigado con una pena de uno a cuatro años de prisión, además de penas por lesiones graves imprudentes (seis meses a tres años) si la copiloto sufre secuelas. Al concurrir agravantes como alcohol, drogas, temeridad y falta de carnet, la condena conjunta se elevaría a entre cinco y ocho años de prisión. Si el juez apreciara que el conductor asumió conscientemente el riesgo de matar, lo que se considera homicidio doloso, la pena podría llegar a 10 a 15 años de cárcel. La familia de Carlos pide una condena ejemplar.