Abuso sexual

El Opus Dei reconoce que encubrió y trasladó durante 25 años a un cura acusado de agredir sexualmente a menores

Un exmiembro del Opus Dei reconoce en Vigo un delito de agresión sexual continuada a un menor y acepta 5 años de prisión
Imagen de archivo de un juicio en Vigo, Pontevedra, a un exmiembro del Opus Dei por un delito de agresión sexual continuada a un menor. Europa Press
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El Opus Dei ha reconocido públicamente que durante más de dos décadas encubrió los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Jacinto Lázaro Laguardia contra dos menores y una mujer adulta en centros de la obra en San Sebastián, Pamplona y Madrid. Los tres casos, documentados por el diario El País, revelan un patrón de ocultamiento, traslados y versiones contradictorias que ponen en cuestión la actuación de la prelatura fundada por Monseñor Escrivá de Balaguer.

Este nuevo escándalo de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica y más concretamente en la prelatura del Opus Dei, muy significada por su labor docente con menores con un estricto código de conducta moral entre sus miembros, saca a la luz cómo esta institución ocultó y mintió sobre estos casos cuando fue preguntada por ellos.

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Relación marcada por la confianza y la influencia espiritual

Así lo demuestra los datos aportados por el diario madrileño al hacerse eco de la denuncia de Pablo Merino, exalumno del colegio Irabia de Pamplona. Merino, hoy de 44 años, denunció en noviembre de 2025 que entre 1994 y 1996 sufrió abusos sexuales de Lázaro, cuando tenía entre 13 y 15 años. El sacerdote era capellán del centro y mantenía una relación cercana con el joven, marcada por la confianza y la influencia espiritual.

Merino relató que los abusos se prolongaron durante años y que, incluso después de abandonar el colegio, siguió vinculado al sacerdote, quien mantenía contacto con él en distintos ámbitos. En 1998, cuando la víctima aún era menor, el Opus Dei tuvo constancia de los hechos, pero en lugar de denunciarlo ante la justicia optó por trasladar al cura a otra ciudad, con autorización del entonces prelado Javier Echevarría, según informa el citado medio.

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La organización reconoce ahora que ocultó la denuncia y que mintió en sus versiones públicas, asegurando en su momento que no había pruebas concluyentes. El propio sacerdote niega los hechos, aunque la Obra ha admitido su responsabilidad institucional pidiendo perdón a las víctimas y a sus familiares.

La denuncia de Pablo Merino no ha sido la primera que señalaba a Lázaro Laguardia. Entre los años 1981 y 1982, un alumno del colegio Erain de San Sebastián denunció haber sido víctima de abusos sexuales por parte de este sacerdote que entonces era capellán del centro. El menor, cuya identidad se mantiene en el anonimato, relató los hechos a su padre que los trasladó a responsables del colegio y a miembros del Opus Dei. Según la información publicada por El País, la denuncia llegó a conocimiento de la dirección del centro y de la prelatura, pero nunca se trasladó a las autoridades civiles ni eclesiásticas competentes.

La respuesta fue el traslado del sacerdote a otro destino, una práctica que se repetiría en los años posteriores. El Opus Dei sostiene hoy que “no tuvo constancia” de los hechos, aunque admite que el cura abandonó el colegio en 1985 tras conocerse la acusación.

Una mujer denuncia a Lázaro Laguardia ante el Vaticano

Durante la investigación periodística, los responsables de la Obra reconocieron que ya en 2023, una mujer adulta presentó una denuncia ante el Vaticano contra Jacinto Lázaro Laguardia. Según su testimonio, el sacerdote la agredió sexualmente en Madrid, donde ejercía funciones pastorales vinculadas a la Obra. La prelatura reconoció la existencia de esta denuncia y sancionó al sacerdote, aunque nuevamente evitó dar detalles sobre las medidas adoptadas.

El caso puso de manifiesto que, pese a las acusaciones previas, Lázaro seguía ejerciendo funciones eclesiásticas en distintos destinos, protegido por la estructura del Opus Dei. La organización, en sus comunicados, expresó “dolor” y pidió perdón, pero insistió en que no había tenido conocimiento pleno de los hechos hasta fechas recientes.

Los casos de los colegios de la Obra de San Sebastián, Pamplona y Madrid se suman a otros testimonios recogidos en investigaciones periodísticas sobre abusos sexuales en colegios vinculados al Opus Dei. La organización fundada por Monseñor Escrivá de Balaguer ha sido señalada por su falta de transparencia y por priorizar la protección institucional frente a la defensa de las víctimas ya que, en estos casos, ha procedido usando un mismo patrón consistente en el traslado sistemático del sacerdote denunciado, ausencia de comunicación a las autoridades y versiones contradictorias, según se deduce de las respuestas del Opus Dei a las preguntas de los periodistas de El País en los que los responsables de la prelatura han reconocido que durante 25 años encubrieron las agresiones sexuales de Lázaro, cambiándolo de destino en varias ocasiones.

En sus comunicados recientes, la prelatura pide perdón y asegura que “lamenta profundamente” lo ocurrido, pero insiste en que en algunos casos “no tuvo constancia” de los hechos.

Desde 2018, El País ha documentado decenas de denuncias de pederastia en la Iglesia católica española, incluyendo centros gestionados por la Obra.