De héroes de un país a un futuro negro

Rubén Fernández 28/01/2019 18:49

Profesionalidad, dedicación, sacrificio, valentía, trabajo en equipo, solidaridad, humildad… Son solo algunas de las virtudes y valores con las que se identifica hoy a la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa, Asturias, orgullo de toda la sociedad tras simbolizar la incansable labor realizada por más de 300 operarios que durante más de 300 horas dedicaron todo su esfuerzo para rescatar al pequeño Julen, hallado muerto en Totalán, Málaga, tras 13 días que culminaron una titánica operación que acabó con el final más triste. El pozo, de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de profundidad, se llevó al niño.

Fueron ellos, ocho expertos mineros de la brigada, los que culminaron el último tramo en las profundidades de la tierra, donde durante años han desarrollado su trabajo. Reconocidos hoy con honores, a pesar de que su humildad característica les hace alejarse de los focos, rehuyendo al protagonismo y recibiendo con timidez unos méritos que sin duda merecen, lo cierto es que su labor es tan inestimable ahora como entonces. Su objetivo siempre ha sido prestar a auxilio a aquellos que, en las situaciones más difíciles, precisaban una mano que les rescatase; un equipo dispuesto a arriesgar sus vidas para salvaguardar la de otros.

El oscuro futuro de la minería

Hoy se reconoce esa inestimable labor, pero lo cierto es que la Brigada de Salvamento Minero, –que cuenta ya con más de 100 años de experiencia y surgió de esa necesidad de ayudar a tantos y tantos mineros que han sufrido accidentes en la mina–, contempla hoy como la minería agoniza sin esperanza ante un futuro tan oscuro como esas profundidades en las que todos estos expertos desempeñan su trabajo; un trabajo en peligro de extinción.

Con Asturias como epicentro, donde muchos de sus habitantes se felicitan con orgullo de los honores que recibe la brigada, la situación actual que atraviesa el sector refleja con precisión ese riesgo de desaparición: En todo el Principado tan solo quedan 1.000 mineros en activo de los más de 30.000 que picaban en los años dorados del carbón. Tan solo queda un pozo del que se extrae carbón en Asturias: el pozo de San Nicolás, símbolo de la cuenta atrás para un sector que deposita ahora su fe en que la repercusión de la brigada tenga consecuencias positivas.

El futuro de la brigada "no está en cuestión"

El pasado 31 de diciembre se esfumaban las ayudas a la extracción del carbón, lo que supone, en la práctica, el fin de las minas en España. Por ello, a muchos les ha aliviado escuchar al menos al presidente de Hunosa, Gregorio Rabanal, comprometiéndose a mantener la brigada: “En el futuro, por parte de Hunosa, no está en cuestión”, ha dicho.

Un futuro que 'no está en cuestión', pero que dependerá del relevo generacional. “Con el potencial en instalaciones, instrumentos… Lo único que falta es potencial humano”, subraya el exbrigadista Juan Fernández.

Hoy parece quedar muy lejos aquel 2012 en el que multitud de mineros se manifestaban en defensa de su futuro en una ‘marcha negra’ que les llevó a recorrer más de 400 kilómetros a pie desde Asturias, León y otros rincones de España hasta la capital del país. Ahora, en esta situación, la minería tiene más pasado que presente, y por eso es preciso no olvidarla, y ser justo reconociendo también sus méritos.

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