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Una semirrígida con tres motores de 350 caballos vuela sobre las aguas del Estrecho, perseguida por una embarcación de la Guardia Civil y un helicóptero. Desde el aire parece vacía, sólo unos cuantos bidones de lo que parece gasolina sobre cubierta. Pero sus cuatro ocupantes comienzan a lanzarlos por la borda. Incomprensible, pero no tanto cuando finalmente la Guardia Civil detiene la embarcación. En un bidón del que no han podido deshacerse hay un doble fondo que oculta pastillas de hachís.
La siguiente escena podemos situarla en un taller de un polígono de Málaga. Cuando la Guardia Civil entra en la nave encuentra allí a varias personas trabajando en varios vehículos. No los están reparando precisamente, están realizando en ellos sofisticados dobles fondos para ocultar la droga.Tan sofisticados, que para abrir algunos de ellos, es necesario introducir una secuencia de pulsaciones en los mandos originales del coche.
Sus trabajos tienen como destino a la primera organización, que hemos visto perseguida en El Estrecho. El poder económico de esta última, le permite mandar preparar embarcaciones y coches que, una vez modificados, ocultan en naves de Málaga y Cádiz, que sólo salen de allí para los alijos.
Y asi, de nave en nave, de doble fondo en doble fondo, los investigadores localizan en Melilla, Huelva y Ceuta, tres vehículos con estupefacientes ocultos y detiene a sus conductores. En Almería más de lo mismo aunque esta vez es una embarcación de recreo la que oculta el hachís en un doble fondo. Al final cuatro embarcaciones de recreo intervenidas, cinco narcolanchas, 1.600 kilos de hachís, y 45 detenidos.
La escena final corresponde a los 12 registros en propiedades de los implicados. Allí la Guardia Civil añade nuevas cifras a esta operación que han llamado `Vinculada´. 45.000 euros en metálico. 4.200 litros de gsolina, 8 coches, 2 camiones, 3 motos acuaticas y dos armas de fuego. La banda del doble fondo ya es historia.