Es el término de moda y el que ha hecho retumbar los cimientos de la política en España. La polémica y misteriosa figura del relator la ha puesto sobre la mesa la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. Concretamente, sobre la “mesa de diálogo” con el bloque independentista catalán. Ha sido esa la manera del Ejecutivo de Pedro Sánchez de evitar pronunciar las palabras que el secesionismo quería oír: la de un “mediador internacional” que asista y presencie un encuentro entre partidos de ámbito estatal y partidos catalanes en el que se hable del derecho de autodeterminación; una figura que el Gobierno no acepta, dado que hacerlo supondría reconocer la existencia de un conflicto internacional. Sin embargo, a medio camino, a lo que sí accede es a que exista eso: una suerte de relator que coordine, modere y “ayude” en ese diálogo ante la crisis política, según han expresado.
Palabras que, como era previsible, no convencen a una oposición que sostiene que tras ese término evasivo lo que se encuentra es un mediador en toda regla, desatando con ello una auténtica tromba de críticas que ha abanderado el líder del PP, Pablo Casado, seguido por Ciudadanos y Vox, –unidos nuevamente por la causa–. Acusando a Pedro Sánchez de traición, los tres partidos en conjunto han llamado a la movilización el próximo domingo en la Plaza de Colón contra el presidente del Gobierno para decirle “basta ya”.
El “relator” ha traído un órdago a la Moncloa con un Pablo Casado que ya no descarta una moción de censura contra Sánchez, a quien se refiere como “el mayor traidor de la historia de España”, un “felón incompetente, incapaz”.
En medio de la tormenta, mientras el presidente ha viajado Estrasburgo para asegurar al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos que la justicia española funciona perfectamente y que el procés tendrá un juicio justo, el Ejecutivo ha insistido en defender la figura del ‘relator’ como un fedatario y no como un mediador, esto es, un “notario u otro funcionario que da fe pública”, como recoge el diccionario.
En cualquier caso, las redes no han podido evitar tomarse con humor la situación y han empezado a lanzar sus hipótesis sobre lo que es el relator realmente y quién ocupara ese papel para el que no faltan candidatos.
De hecho, el último en ofrecerse voluntario ha sido un viejo conocido como ‘el pequeño Nicolás’, Francisco Nicolás Gómez Iglesias. Una decisión que ha terminado por hacer que su abogada haya anunciado que renuncia, “por pérdida de confianza”, a seguir ejerciendo su defensa ante los procedimientos judiciales que tiene pendientes, entre los que se encuentran acusaciones como malversación, falsedad y cohecho.
En cualquier caso, Internet ha dejado claro que el puesto más mediático en la actualidad política española se va a vender caro…
Desde Torrente hasta Julio Iglesias, pasando por Jordi Hurtado… las redes sociales proponen sus candidatos.
Por supuesto, también el 'relator' tiene un hueco en la ficción:
Y también deja viñetas cómicas...
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