La jueza deja en libertad con cargos al anestesista y la directora de la clínica dental de Alzira

Una imagen de la Clínica donde se produjeron los hechos. Informativos Telecinco
  • El especialista está acusado de homicidio, delito contra la salud pública, omisión del deber de socorro y hurto por la sustracción de los fármacos

  • A la dueña de la clínica Mireia, detenida y puesta en libertad tras tomarle declaración, se le imputa omisión de socorro y delito contra la salud pública

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El anestesista que sedó a la niña de 6 años que falleció el pasado 20 de noviembre tras ser atendida en una clínica dental de Alzira (Valencia) ha sido puesto en libertad con cargos al igual que la directora de la Clínica Mireia. Una exhaustiva investigación por parte de los agentes del Grupo de homicidios con dos registros en la clínica y en el domicilio del anestesista llevaron a la detención de ambos.

Al primero se le acusa de  homicidio, delito contra la salud pública, omisión del deber de socorro y hurto por la sustracción de los fármacos, mientras que a la segunda se le imputa omisión de socorro y delito contra la salud pública.

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Los hechos pudieron costarle la vida a otra niña de 4 años que, felizmente, logró recuperarse. Las dos niñas habían presentado síntomas similares  como somnolencia, respiración dificultosa y mareos, después de haber sido tratadas en la misma clínica dental.

Las investigaciones siguen su curso, pero hay dos elementos fundamentales en el camino a esclarecer los hechos. El primero de ellos es la falta de autorización administrativa por parte de la clínica para el uso de sedación consciente, tal y como señaló la Conselleria de Sanitat antes de ordenar la suspensión cautelar de la actividad en la clínica dental; y en la ausencia de determinados recursos en sus instalaciones, entre ellos una sala de despertar.

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Las cuatro horas críticas: desde las 09:30 horas, cuando llegó la niña de seis años, hasta las 13:15, cuando salió

La cita quedó fijada para el 20 de noviembre. La pequeña llegó a las 09:30 horas con sus padres, firmaron el consentimiento informado y, a las 09:40, comenzó la sedación. Según los tres profesionales presentes, la niña se durmió en pocos minutos y la intervención odontológica -que incluyó anestesia local con articaína, varias extracciones y empastes- transcurrió sin incidentes durante cerca de una hora y 40 minutos, hasta más o menos hasta las 11:25 horas. Después fue trasladada a un gabinete contiguo para despertar, donde permaneció con sus padres unos 45 minutos antes de abandonar la clínica.

A mediodía, sobre las 12:00 horas, se repitió el procedimiento con la segunda niña, de cuatro años, cuya sedación duró menos de una hora, hasta aproximadamente las 13:00. Cuando llevaban apenas 15 minutos de intervención, la recepcionista preguntó al anestesista si los padres de la primera menor podían marcharse, y este dio su visto bueno.

El personal sostiene que la niña se fue “aparentemente bien”, pero sus padres aseguraron a su llegada al Hospital Universitario de La Ribera a las 15:00 horas que ya mostraba somnolencia, respiración dificultosa, vómitos y falta de alerta. Momentos después de que acudieran de urgencia al centro hospitalario, los médicos no pudieron revertir la parada cardiorrespiratoria pese a 90 minutos de maniobras y una traqueotomía de urgencia. A las 16:40 se certificó el fallecimiento de la menor, hija única.

La niña de cuatro años, cuyo traslado al mismo hospital permitió detectar que se enfrentaban a un cuadro crítico posiblemente derivado de su paso por la clínica, logró sobrevivir tras permanecer cuatro días en estado muy grave en la UCI pediátrica del Hospital Clínico de Valencia.

La autopsia inicial practicada al cuerpo de la niña de 6 años no ha detectado ninguna anomalía ni previa ni posterior a esas intervenciones bucodentales que justifiquen el fallecimiento. El estudio forense realizado en el Instituto de Medicina Legal de València ha servido para descartar que la niña padeciese alguna enfermedad congénita que hubiese provocado una reacción letal a los sedantes o anestésicos locales que le fueron administrados.  Los peritos de Toxicología estudian ya los fármacos empleados.