Sucesos

El párroco de las Tres Mil Viviendas retransmite un nuevo tiroteo en el barrio: "Queremos vivir sin miedo"

El párroco Sergio Codera relata cómo se vivió el último tiroteo ocurrido en las Tres Mil Vivendas. Redacción Andalucía
  • El sacerdote salesiano Sergio Codera grabó y publicó en Instagram el momento en que se escucharon disparos junto a la parroquia de Jesús Obrero

  • "Esto no puede seguir así. Hay muchas formas de resolver los conflictos, la primera es el diálogo y el entendimiento", expresó el párroco tras el suceso

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SevillaUn nuevo tiroteo ha vuelto a sacudir el barrio de las Tres Mil Viviendas de Sevilla. Un suceso que en esta ocasión ha sido retransmitido casi en directo por el párroco de Jesús Obrero, el sacerdote salesiano Sergio Codera, quien ha compartido en su cuenta de Instagram un vídeo en el que relataba en primera persona lo ocurrido.

“Esto no puede seguir así", lamenta Codera en la grabación. "Hay muchas formas de resolver esto, la primera el diálogo y el entendimiento, como los grandes patriarcas que hemos tenido, que han sabido poner paz. Eso es lo que todos queremos, tener paz y poder dormir por las noches, poder salir a la calle sin miedo", dice tras las imágenes de los casquillos de bala tirados por el suelo más próximo a su parroquia. "Es el momento de decir basta, y que los que tengan que tomar o poner medidas, que las pongan", añade.

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El sacerdote explica que ese viernes, como muchos otros, celebraban una castañada en la parroquia. "Hoy teníamos castañada, pero hemos tenido una sorpresa inesperada", comenta mientras se escuchan disparos seguidos de fondo. "Hemos venido a preguntar si los niños pueden salir de la parroquia porque los hemos encerrado dentro y les hemos pedido que nadie salga", relata. Y por fin, al final de la grabación, aclara: " ya estamos todos en casa, todo está tranquilo, lo que comenzó siendo una fiesta termina siendo una pena".

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"Son buenas personas pero no saben resolver conflictos"

"Solo me sale decir: Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen. Y no saben las consecuencias si una de esas balas le da a un niño de los que teníamos en la parroquia o a cualquier persona que estaba pasando por la calle", dice en su publicación con la preocupación de saber que todo podía haber acabado mucho peor de lo que finalmente acabó.

Horas después, el sacerdote ha hablado con la web de Informativos Telecinco para contar cómo se vivió la situación desde dentro del templo salesiano. "Quiero que quede claro que esta gente no son malas personas", afirma. "Pero no saben resolver conflictos, nunca les han enseñado a hacerlo de otra forma, y además tienen armas en casa", lo que convierte en complicada la convivencia entre vecinos. "Yo les invito a que vengan a la Iglesia, aquí de verdad les podemos ayudar, porque la fe mueve montañas".

En la parroquia, explica, había más de 150 personas en el momento de los disparos. "Los viernes por la tarde siempre tenemos a mucha gente porque organizamos muchas convivencias", detalla. "De repente se empezaron a escuchar los disparos, que fueron tantos y tan seguidos que parecían fuegos artificiales. Estaban al lado de la parroquia. Yo cerré las puertas y metí a todo el mundo dentro", narra con la tranquilidad de saber que ya ha pasado todo. "Que no salga nadie", dijo, hasta que se hizo el silencio otra vez.

Decenas de balas perdidas y ningún herido que lamentar

Codera subraya que la Policía llegó muy rápido tras el aviso, y que se encontraron casquillos en el techo de la parroquia, aunque afortunadamente no hubo heridos. "Lo más triste de todo esto es que cada vez que pasan estas cosas, es cuando más tranquilos nos quedamos, porque es cuando de verdad se ve presencia policial en el barrio", afirma.

Tras el tiroteo, el párroco ha dejado un mensaje que invita a la reflexión en sus redes sociales: "Me da mucha pena tener que hablar de algo malo de nuestro barrio, porque es mucho más lo bueno, aunque por desgracia aún siguen sucediendo cosas así. Creo que es necesario concienciar y decir basta ya. Volvamos al entendimiento, al diálogo y al respeto. Que el dolor no apague nuestra esperanza, ni la violencia nos robe el corazón. Como dijo Jesús en la cruz, padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen’".

El estigma de la violencia en el barrio

El sacerdote no ha querido dejar pasar la oportunidad que le ofrece el impacto de la publicación entre sus seguidores para poner el foco en la parte positiva del barrio, frecuentemente estigmatizado por los episodios de violencia. "En este barrio hay gente muy buena y se hacen cosas muy bonitas", recalca. "Pero ese es el árbol que se cae, y el que más ruido hace". Por eso, pese a la tensión vivida, Codera insiste en que un entendimiento es posible: "hay que volver al diálogo, al respeto y a la paz. Eso es lo que todos queremos, poder salir a la calle sin miedo”.

Mientras tanto, la parroquia Jesús Obrero, una de las principales presencias salesianas en el Polígono Sur, continúa con su actividad habitual, centrada en la educación, la fe y la convivencia vecinal. Allí seguirán luchando por la necesidad de que las Tres Mil Viviendas sea una barriada conocidas por sus esfuerzos de convivencia, y no por los disparos que interrumpen sus noches.