Shere, la niña de 13 años que ha convertido el acoso escolar en una canción contra el silencio: "Toca vivir"
Sherezade García, conocida como Shere, tiene 13 años, es de Isla Cristina, Huelva, y ha convertido su experiencia con el acoso escolar en una canción
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HuelvaSherezade García Rodríguez, Shere para los suyos, tiene 13 años, es de Isla Cristina (Huelva) y quiere dedicarse profesionalmente a la música. No hace falta que lo diga, se nota, y además queda reflejado en sus redes sociales, en las que la mayor parte del contenido es musical. A su corta edad compone, escribe y toca el piano con destreza y ambición. Unas cualidades que la han llevado ya a lanzar su primer tema de forma profesional. Una canción que no nace para quedarse en casa, sino para gritar muy fuerte. Porque su nuevo tema habla del acoso escolar que asegura haber vivido y del silencio que, durante mucho tiempo, acompañó a esas experiencias.
No es la primera vez que se sienta al piano para escribir, pero sí la primera en la que convierte una vivencia personal en un mensaje tan duro y directo. Según explica, desde pequeña ha sentido que su pasión por la música la convertía en "la rara" de clase. Mientras otros compañeros socializaban con facilidad, ella fortalecía su vínculo con la formación musical. Esa diferencia, cuenta, llegó a derivar en burlas, en aislamiento y en episodios que ha tenido que gestionar casi sola.
Porque en su relato hay una queja clara hacia los adultos. Cada vez que pedía ayuda, asegura haber recibido respuestas como "no pasa nada", "son cosas de niños", "no le des importancia". Ese tipo de respuestas, dice, le hicieron sentir que podía estar exagerando o que no merecía la atención de nadie. Y es lo que precisamente refleja la canción, la impotencia de un menor que intenta comunicarse y encuentra la indiferencia como respuesta.
El momento de pedir ayuda
Durante años, la música fue su refugio, aunque la realidad es que ella no compone para esconderse, sino para expresarse. En sus letras plasma las emociones que, de otra forma, habrían quedado atrapadas dentro de sí. Por eso, la habitación de Shere ha sido durante años escenario de rabia, y del desahogo que la ha llevado a compartir su historia públicamente.
El proceso de creación no fue fácil. La joven onubense habla de días buenos y de días complicados, de avances y de retrocesos emocionales. También de un momento límite en el que llegó a sentir que no le importaba a nadie. Fue entonces, asegura, cuando decidió pedir ayuda de manera insistente a sus padres, a los profesores y a cualquier adulto que pudiera escucharla. Esa persistencia marcó, según describe, el primer paso hacia una reconstrucción personal que aún continúa.
Su canción está diseñada para que otros niños y adolescentes que hayan pasado, o que estén pasando por lo mismo, reconozcan lo que están viviendo y pidan ayuda antes de normalizarlo. También, y principalmente, para que los adultos aprendan a escuchar con la misma atención con la que exigen ser escuchados. "Un acoso no es una broma", resume en una frase que podría servir como lema. No lo es, insiste, aunque venga disfrazado de chiste, o de juego. Para ella, es importante romper la idea de que lo que ocurre en la infancia se supera solo con tiempo.
Una luz que no se ha pagado
Shere relata que, a pesar del dolor y la frustración, ha descubierto que hay personas que realmente la apoyan, como son su familia, sus amigos de confianza o algunos profesores. Ellos le han recordado que no está sola y que su luz interior no se ha apagado: "esta canción es un disparo al corazón de esos seres que brillan intentando apagar la luz de los demás para sentirse mejor con ellos mismos" dice. "Orgullosa me siento de poder decir que mi luz no la habéis apagado aún y que me siento más fuerte que nunca".
A día de hoy, Shere continúa formándose musicalmente y trabaja con la mirada puesta en el futuro. Su canción está llegando lejos, con un mensaje que podría resumirla entera: "Lo he pasado muy mal, y ahora toca vivir".