La declaración judicial del supuesto asesino de Lucca, el niño de cuatro años muerto en Garrucha: "Nunca le violaría, nunca haría eso"
El supuesto asesino de Lucca, el niño de cuatro años muerto en Garrucha, negó la violación en su declaración judicial
La confesión de tres testigos que vieron cómo trasladaban el cadáver del niño de Almería
AlmeríaJuan David R.C., el acusado que se encuentra en prisión provisional por la muerte de Lucca, el niño de cuatro años fallecido en el municipio almeriense de Garrucha, solicitaba este lunes al juzgado nuevas pruebas científicas al sostener que no se trató de un asesinato, sino de un homicidio imprudente derivado de un "ritual de sanación fallido" que terminó en tragedia. Cuatro días después de esta solicitud, medios locales como 'IDEAL' o 'Diario de Almería', han tenido acceso a la declaración judicial que realizó Juan David R.C. en la que intentaba eludir la acusación de asesinato que pesa sobre él.
En dicha declaración y según recogen los medios de comunicación anteriormente citados, el acusado niega por completo haber abusado sexualmente de la víctima de solo cuatro años de edad: "Nunca violaría a Lucca, nunca le haría eso".
El niño llevaba días sintiéndose mal y los detenidos no le llevaron al médico "por miedo"
Sin embargo, su declaración ante el juez no cuadra con las pruebas forenses que dictaminan que el pequeño Lucca murió tras sufrir un shock hipovolémico, con desgarro hepático y politraumatismo abdominal. Sobre el día de la muerte del niño, Juan David sostiene que el pequeño llevaba varios días encontrándose mal. Pese al malestar del niño, ni su madre ni él mismo decidieron llevarlo al médico.
Por su parte, su defensa alega que el fallecimiento del menor se debió a problemas de salud previos que no fueron tratados por un médico, por lo que pide que se califiquen los hechos como homicidio imprudente y no asesinato.
El abogado del detenido, Manuel Martínez Amate, explicaba que su cliente mantiene que el menor falleció "lamentablemente por unos problemas intestinales o estomacales" que arrastraba desde hacía unos diez días. Según la versión ofrecida por el investigado en sede judicial, él y la madre del niño decidieron "no acudir a ningún médico ni llamar a ninguna ambulancia" para evitar que las autoridades descubrieran que habían reanudado la convivencia quebrantando una orden de alejamiento.
No acudieron al médico "ante ese miedo, y en la confianza de que a lo mejor lo que pudiera tener el menor fuese una cosa pasajera", señala el abogado, que admite que su defendido priorizó su situación legal sobre la salud del niño. Por ello, la defensa peleará para que los hechos no se califiquen como asesinato, sino, "en el peor de los casos, como homicidio imprudente y no doloso".
Los indicios de agresión sexual
Respecto a los indicios de agresión sexual apuntados en el avance de la autopsia, que halló una "sustancia blanquecina" en el cuerpo del menor, el abogado cuestiona que se trate de fluidos biológicos de carácter sexual y no descarta que dicha sustancia proceda del propio "aplastamiento de los intestinos" que causó la muerte.
Para esclarecer este extremo, Martínez Amate confirma que Juan David se sometió voluntariamente y sin resistencia a un análisis para obtener su perfil de ADN y cotejarlo con las muestras halladas.
Un "ritual de sanación fallido" que terminó en tragedia, según la defensa del acusado por la muerte de Lucca
Por otro lado, desde la defensa se sostiene que la muerte de Lucca no se trató de un asesinato, sino de un homicidio imprudente derivado de un "ritual de sanación fallido" que terminó en tragedia.
En un escrito de solicitud de ampliación de diligencias de investigación presentado ante la Sección Civil y de Instrucción número 3 del Tribunal de Instancia de Vera (Almería), los letrados Manuel Martínez Amate y Diego Ricardo Molinari, del despacho MCHM Abogados, cuestionan la interpretación de la autopsia preliminar y apuntan a una "etiología ritual" para explicar las lesiones del menor.
El documento argumenta que el "shock hipovolémico por desgarro hepático y politraumatismo abdominal" que causó la muerte del niño no tiene por qué ser fruto exclusivo de una paliza o "golpes de ira".
La defensa alega, basándose en literatura forense internacional, que este patrón de estallido hepático sin fracturas externas masivas es compatible con "maniobras de compresión mecánica rítmica o sostenida", propias de ciertos rituales de purificación o sanación no regulados donde "se ejerce presión extrema sobre el abdomen del menor para expulsar supuestos males".
Para sustentar esta tesis, los abogados han solicitado una ampliación del análisis toxicológico. Se basan en que el atestado policial recoge referencias al uso de "agua bendita" y elementos espirituales en el entorno familiar horas antes del suceso.
Por ello, piden buscar específicamente sustancias que los análisis estándar no detectan, como alcaloides pirrolizidínicos, ácido aristolóquico o aceites esenciales tóxicos (pulegona, tujona o safrol), presentes en hierbas y brebajes de uso ritual que pueden provocar necrosis hepática y hemorragias internas.
La defensa considera imprescindible una "pericia de contexto antropológico" para determinar si el niño estaba siendo sometido a "terapias alternativas" por parte de sus cuidadores o figuras externas ("curanderos"), bajo la creencia errónea de curar sus dolencias físicas o espirituales. El objetivo es descartar la intención dolosa de matar y reconducir la calificación penal hacia un delito de homicidio imprudente.