Giro en el caso de Lucca, el niño de Almería: el informe de los forenses descarta la agresión sexual y detecta "trazas" de ibuprofeno
El informe toxicológico descarta agresión sexual a Lucca y confirma trazas de ibuprofeno; la defensa apunta a homicidio imprudente
El acusado de asesinar a Lucca, el niño de Almería, aporta audios para alegar que hubo "curanderismo" en lugar de un crimen doloso
Novedades sobre el caso del pequeño Lucca, el niño de cuatro años presuntamente asesinado en Garrucha, en Almería, el pasado 3 de diciembre. El informe de los forenses señala que el menor no fue agredido sexualmente.
Un dato sobre el que informa Antonio Lasso, periodista de 'Informativos Telecinco' desplazado a Garrucha. El informe asegura que no existen restos biológicos, como por ejemplo saliva ni tampoco restos de semen ajenos al cuerpo del pequeño.
La defensa de Juan David alega que todo ha sido un homicidio imprudente
Son los resultados del informe toxicológico, documento al que ha tenido acceso este medio. Un informe que ha sido solicitado por el propio juzgado y que da un giro en el caso, ya que el informe preliminar apuntaba a una posible violación. Sin embargo, ahora, con estas pruebas, no se puede encontrar ninguna relación con esta agresión sexual.
También se han encontrado "trazas" de ibuprofeno, una prueba en la que se basa la defensa de Juan David, el principal acusado, ya que afirma que, ante una inflamación intestinal del pequeño, se le suministró este fármaco y también técnicas caseras buscadas en Internet. La defensa de la pareja sentimental de la madre alega que todo ha sido un homicidio imprudente.
La investigación mantiene a Juan David y a Bárbara en prisión
A pesar de que el informe toxicológico descarta agresión sexual, la investigación mantiene a Juan David R.C. y a Bárbara, la madre de Lucca, en prisión provisional por presunta planificación del crimen y maltrato habitual. El acusado reconoció haber presionado el abdomen del niño para “soltar gases”, en línea con su defensa basada en rituales de sanación y prácticas caseras, mientras la madre habría participado en cuidados inadecuados, automedicación y el uso de remedios supersticiosos, según el equipo legal. Sin embargo, hay pruebas que contradicen la versión de negligencia inocente: se constataron lesiones graves en el hígado y otras partes del cuerpo, y testigos afirmaron que ambos trasladaron al niño ya fallecido hasta un búnker, lo que plantea dudas sobre la intención y el manejo de la situación.
Otros elementos refuerzan las contradicciones entre la defensa y los hechos. Juan David llamó al 112 y a la Policía Local alegando no haber visto al niño ni a la madre, pero compró un billete de autobús a Madrid para el día siguiente y existía un mensaje de la madre desde el móvil de un deportista, con el que parecía querer despistar a los investigadores. Juan David dijo que todo ocurrió porque tenían miedo de que les detuvieran por una orden de alejamiento. Las grabaciones aportadas por la defensa muestran una preocupación "mal gestionada" y comunicación con familiares a distancia, pero no explican las decisiones críticas previas ni las lesiones internas del menor. Así, el caso enfrenta la tesis de la defensa -homicidio imprudente derivado de ignorancia y superstición- con pruebas que apuntan a un patrón de negligencia grave y a actos deliberados que culminaron en la muerte del niño.