Por qué los mensajes de voz largos generan estrés: lo que dice la neurociencia

Tú también conoces a alguien a quien le encanta mandar audios largos. Freepik
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El mensaje de audio es una de las formas más controvertidas de comunicación moderna. Parece no haber término medio y, o te encantan y los usas habitualmente, o los odias y encima tienes que aguantar los largos mensajes de voz que te mandan tus contactos. Estas notas de voz pueden ser útiles en ciertas ocasiones, pero algunos usuarios abusan del sistema y mandan audios de varios minutos en aplicaciones de mensajería instantánea.

¿Por qué se mandan mensajes de voz tan largos?

Según datos de WhatsApp, tan solo una de las aplicaciones que tienen función de notas de audio, se mandan a diario unos 7000 millones de mensajes de voz. Para afinar más las cifras sobre el estado en nuestro país, un estudio de Preply expuso que mandamos una media de unos 5,5 mensajes de voz al día, elevándose esa cifra en la “generación Z” hasta los 7,2 audios al día, seguida de cerca por los “millennials”, con 6,8. Pese a esto, el inconveniente más habitual entre los encuestados es su duración, con un 53,7 % considerando que pueden ser largos y aburridos.

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Hay una serie de factores por los que muchos usuarios se han decantado por esta forma de comunicación (curiosamente, cuando más alergia tenemos a las llamadas telefónicas): es más personal que un frío mensaje, puede expresar de mejor forma ciertos sentimientos o ideas o genera una expectativa de respuesta mucho mayor que sobre un texto. El caso es que todas esas ideas podrían ser debatibles desde el punto de vista del emisor del mensaje, pero qué pasa con el receptor, que muchas veces ni quiere recibir esos audios tan largos. Lo que sucede es que generan un estrés para el receptor de los audios largos principalmente debido a la gran carga cognitiva que suponen.

Someten al cerebro a mucha información en poco tiempo y no se tiene capacidad para procesar las palabras como se debería, ni entender muchos aspectos del mismo. No ayuda a esto el hecho de que cuanto más largo es el mensaje que se envía, más desestructurado puede ser, complicando su comprensión. Es más fácil dar rodeos, volver a un tema anterior, dejar lagunas, etc.

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Otro de los factores que causa estrés cuando se reciben mensajes largos tiene que ver con el hecho de que sea estresante recibir una nota de voz de varios minutos de duración es el hecho de que el cerebro humano procesa prioritariamente las emociones sobre el contenido. Por tanto, captaremos más información del tono de voz y las emociones que transmite, que del mensaje en palabras. Esto no es malo, una vez más, desde el punto de vista de quien lo envía, pero no tanto para quien los recibe.

Investigaciones como una de la Universidad de California en Berkeley titulada 'La voz humanizadora: el habla revela, y el texto oculta' han demostrado que al escuchar la voz de alguien las personas pueden captar las llamadas señales paralingüísticas, algo que no ocurre en los mensajes de texto y sería uno de los argumentos sobre los que las personas eligen usar las notas de voz. Estas señales son de gran ayuda para transmitir el mensaje deseado, especialmente al comunicar emociones complejas como el sarcasmo o el humor, que pueden dar lugar a malentendidos en formato texto.

Otro punto que genera estrés cuando recibimos un mensaje de voz largo es que crea una expectativa de respuesta mucho mayor que con un mensaje de texto corto. Al recibir un mensaje que la otra persona se ha tomado la molestia de grabar durante varios minutos (y puede que perder el doble de tiempo escuchándose a sí misma antes de enviarlo) y tú te has tomado la molestia de escucharlo hasta el final, se da por hecho que una respuesta merece la pena. Según las cifras en España proporcionadas por Preply, “el 61,7 % de los encuestados tienen al menos una persona que les manda demasiados audios, generando una sobrecarga que puede llevar a tener audios pendientes con amigos o familiares”.

Sin embargo, al contrario de lo que puede suceder con un mensaje corto que hasta puedes leer por encima, escuchar un audio requiere no solamente del tiempo que la otra persona ha decidido robarte, sino del espacio necesario para ello. Es otro punto que genera estrés y ansiedad: requieren de una cierta privacidad a la hora de escucharlos. Ante la imprevisibilidad de lo que pueden contener, no vas a escucharlos en medio de tu puesto de trabajo o al recoger a los críos del colegio, sino que te piden a gritos que te des el tiempo y el espacio necesario para escuchar semejante podcast.

Cuánto debería durar un audio

La solución de muchos usuarios ha sido tratar de utilizar los multiplicadores que incrementan la velocidad del mensaje, para así ganar algunos minutos de nuestro preciado tiempo. Sin embargo, parece una solución pasajera que podríamos hacer con algún mensaje puntual, pero que no debería ser mantenida a largo plazo, pues puede afectar a nuestro cerebro.

En cuanto a la duración ideal, lo que evitaría en gran medida los inconvenientes descritos anteriormente, el estudio de Preply cifra en unos 40 segundos la duración ideal de un audio para una situación importante como sería dar instrucciones sobre algo. En otros casos más personales, como un mensaje de disculpas, no debería rebasar los 36 segundos, mientras que para compartir noticias importantes también debería fijarse el límite de los 40 segundos.