En las costas del archipiélago el riesgo era evidente: oleaje muy adverso y rachas de viento de más de 100 km/h. Las emergencias se preparaban desde el miércoles para evitar en la medida de lo posible los incidentes, pero ha sido inevitable que el temporal dejase algunos contratiempos.
De norte a sur las playas del litoral mediterráneo estaban avisados del peligro por la actividad del mar. Hay avisos el jueves en Gerona, Tarragona, Alicante, Castellón, Ibiza y Formentera, Mallorca y Menorca por riesgo costero. En el caso de Menorca es, además, aviso rojo, el más extremo. Toda precaución era poca y en la isla se han registrado 4 incidentes.
También el viento, que ha llegado a ser huracanado en algunas zonas del norte de las islas, dejaba avisos en el archipiélago: en Ibiza, Formentera y Mallorca, aviso amarillo y, en Menorca, aviso naranja. Se preveía que las rachas pudieran superar con facilidad los 100 km/h. En total, durante el episodio, ha habido 13 caídas de árboles en las islas.
La borrasca se aleja progresivamente hacia el este de Europa y pasará a afectar ahora a Grecia y Chipre. Se trata de una baja que ha profundizado de noroeste a sureste formándose una potente borrasca, responsable de las lluvias intensas, el oleaje, el viento y el descenso de la cota de nieve (el jueves en torno a los 300 metros). También hemos visto una bajada de temperaturas en las islas.
A pesar de que el temporal va remitiendo a medida que esta borrasca nos abandona, el oleaje dejará todavía avisos naranjas en Mallorca y Menorca el viernes y, en la última, el sábado.
El temporal que ha protagonizado la semana, de nieve, lluvia, viento, frío y oleaje, se debilitará más el viernes, cuando la Aemet prevé que se produzca "una mejoría de las condiciones meteorológicas". Hasta entonces, el mapa de avisos sigue con mucho color por las lluvias, que dejan avisos en Cantabria, Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Asturias, con acumulaciones de hasta 40 litros por metro cuadrado en medio día.
El viento, además de soplar intensamente en el Mediterráneo, también lo hace el jueves en Huesca, Teruel y Murcia, las tres con aviso amarillo. Y, por último, un riesgo que no habíamos tenido hasta esta semana este invierno era el de aludes. Las nevadas intensas han dejado mucha nieve virgen, muy proclive a desprenderse por ser poco compacta en Navarra, Lérida y Huesca. Las cantidades que han caído en Pirineos, combinadas con el viento que dejaba nieve venteada, muy poco consolidada, hacía peligrosa la montaña en estas provincias, con aviso amarillo por aludes.
Se prevé una mejoría, como decimos, a partir del viernes. En la víspera del fin de semana ya serán menos los avisos, aunque seguirán atentos al viento en 8 provincias del nordeste.