Flores frescas, peluches y un violín siguen recordando a Asunta en el altar de Teo, el día que la pequeña hubiera cumplido 25 años

En al altar de Teo se acumulan estos días las flores y los peluches en recuerdo a Asunta. ATLAS GALICIA
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Santiago de CompostelaAsunta Basterra hubiera cumplido 25 años este 30 de septiembre si sus padres, con un plan maquiavélico y planificado no hubieran truncado su felicidad preadolescente un 21 de septiembre de hace 12 años.

Pero los vecinos de Santiago parece que no se olvidan de Asunta Basterra, aunque ya hayan pasado 12 años desde el atroz crimen. El altar improvisado que se montó en el lugar donde apareció su cadáver el 21 de septiembre lleva todos estos años decorado permanentemente, con objetos como peluches, juguetes o estampitas religiosas. Pero, especialmente en estos días, que se cumple el aniversario del crimen, y también en vísperas de la fecha en la que la pequeña cumpliría 25 años, el homenaje en forma de recuerdo se hace aún más evidente. 

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Varios ramos de flores frescas acompañan estos días a decenas de peluches, estampas religiosas y cartas, enganchadas al tronco de un árbol, un cubo Rubik y hasta un violín, recordando la truncada afición de la pequeña, en este altar ubicado en el lugar donde apareció meticulosa y delicadamente su cadáver una noche de septiembre de 2013, hace ya 12 años.

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Alguien se ocupa de manera periódica de retirar los elementos que se van deteriorando y estropeando con la lluvia y el paso del tiempo, y también de despejarlo de vegetación. Primero fue un altar improvisado, ahora, este rincón ya tiene una cruz de granito y una placa grabada, con las fechas de nacimiento y fallecimiento de la pequeña y una frase: "Gracias por haber estado en nuestras vidas. Nunca te olvidaremos" firmada con las iniciales C.N.M.

Su cadáver apareció meticulosamente colocado en esta pista forestal

Asunta tenía 12 años cuando sus padres, que se habían divorciado unos meses antes, acabaron con su vida. Su cadáver apareció en la pista forestal de Teo, solo a unos cuatro kilómetros de la casa que Rosario Porto había heredado de sus padres en ese mismo ayuntamiento, en Montouto, en un caso que aún hoy mantiene preguntas sin respuesta sobre el móvil.

Tras el juicio, celebrado en 2015 ambos fueron condenados a 18 años de prisión por el crimen. Rosario Porto apenas cumplió cinco años de esa condena. La encontraron ahorcada en su celda de la cárcel de Brieva, en Ávila, en noviembre de 2020. Sus secretos y sus razones para para participar en el macabro crimen, se fueron con ella.

Mientras, su padre, Alfonso Basterra sigue cumpliendo condena en la prisión de Topas, sin haber logrado en estos años ningún beneficio penitenciario, ya que en ningún momento reconoció el delito ni mostró el más mínimo arrepentimiento. Basterra, de hecho, sigue aferrado a su inocencia, pero intenta rehacer su vida. En febrero de este año pidió el traslado desde la cárcel de Teixeiro (A Coruña) a la de Topas (Salamanca), tras negársele en varias ocasiones el tercer grado. Según fuentes penitenciarias, mantenía desde hacía meses una relación con una mujer de Salamanca. En la prisión de Teixeiro había quedado aislado, sin visitas y sin trabajo, y mostraba una actitud arrogante con los funcionarios. En Topas, en cambio, según el relato de los funcionarios, se muestra algo más sumiso y colaborador.

La incógnita del móvil del crimen: "La niña a lo mejor les estorbaba"

Una de las grandes incógnitas en el caso Asunta fue el móvil del crimen. La criminóloga Carmen Corazzini, y periodista de Mediaset, que trata la muerte de Asunta en su libro 'Personas, bestias' analiza también esa incógnita: "Yo creo que el móvil de este crimen seguirá siendo una incógnita para siempre. Podemos trazar líneas aproximadas. Se barajó el móvil económico, pero luego se vio que no tenía cabida. Entonces, el móvil emocional muchas veces es lo que mueve crímenes. En este caso, podríamos pensar es que la niña a lo mejor les estorbaba. Rosario ya había empezado una nueva vida y Alfonso no a lo mejor no había encontrado su hueco. Cuando ella tuvo además un ingreso hospitalario (por depresión) él volvió a acercarse a ella. Y quizá, de repente, les empezó a estorbar la niña, que es algo horrible de imaginar, pero puestos a entederlo quizá fuera eso, un móvil emocional", ha explicado la experta, intentando responde al "por qué", la pregunta que muchos se han hecho durante estos años en torno a este crimen, y que sigue sin respuesta.