Los integrantes de la expedición que realiza el Camino de Santiago nadando no frenan su ilusión a pesar del temporal: "Es una experiencia brutal"

La recaudación está siendo un éxito, ya han superado en un 300% el objetivo de 1.200 euros para visibilizar enfermedades poco conocidas en la infancia
Carlos Pazos, el enfermero sevillano que recorrerá el Camino de Santiago nadando para dar visibilidad a las enfermedades infantiles desconocidas
Santiago de CompostelaNi un fuerte temporal puede vencer la ilusión de 13 miembros del Club de Natación Sevilla que realizan el Camino de Santiago nadando con un fin benéfico, recaudar fondos para la investigación de enfermedades poco visibles en la infancia. Es un proyecto promovido por la Asociación “Por la sonrisa de un niño” que colabora estrechamente con el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla.
Al duro sacrificio que supone realizar 35 kilómetros en aguas abiertas, se suman las inclemencias meteorológicas que se están produciendo en Galicia en los últimos días. Por eso la expedición con base en Sevilla, decidió doblar su apuesta y realizar 12 kilómetros este martes en dos etapas consecutivas, debido a que el día anterior no pudieron salir al agua porque la zodiac de apoyo no podía salir del puerto por el temporal. “Fue lo más duro que nos ha pasado hasta el momento, un golpe no poder salir.” declara el enfermero Carlos Pazos, uno de los nadadores de la expedición.

Pero ningún obstáculo puede parar la convicción del equipo, ya que esa etapa desde Cambados la hicieron andando bajo la lluvia y “no descartamos que al ganar tiempo, retomemos nadando la etapa que nos falta justo antes de la última”. La que saldrá desde Padrón, ya caminando hacia la Catedral de Santiago punto y final de esta iniciativa que llevan preparando más de un año.
“La gente cuando le contamos lo que estamos haciendo se queda alucinada. Tenemos experiencias brutales, la gente nos invita y quiere estar con nosotros. La solidaridad está siendo increíble.” dice emocionado Carlos Pazos. En los momentos más duros de este viaje, hay una idea que se pasa por las cabezas de estos peregrinos acuáticos, pensar en “por qué hacemos esto, en la energía que nos une y en la cohesión del grupo” ya que a pesar de ser duro, en cada kilómetro encuentran un motivo para continuar y disfrutar del camino.
La alineación del equipo está conformada por diez nadadores y otras tres personas que realizan el trabajo de apoyo a bordo de una embarcación que les da soporte. “La lluvia no es ningún impedimento, pero el viento y las corrientes de agua sí, pero tenemos con nosotros a un capitán de la Marina mercante ya jubilado, que es quien nos asesora las horas a las que tenemos que salir en función de la etapa y las condiciones.”
Todo Camino de Santiago necesita la Compostela como certificación para el trabajo realizado, en este caso, según los organizadores, cada kilómetro en el agua equivale a cuatro caminando por ello podrán superar los 100 kilómetros que se requieren para obtener tan ansiado documento.
Objetivo benéfico
Su meta inicial era la de recaudar 1.200 euros, dos euros por cada kilómetro que va a realizar cada integrante. Un objetivo al que llegaron incluso antes de lanzarse al agua, en ese momento superabann los 2.000 euros. “Ahora mismo llevamos el 300% del objetivo conseguido, estamos súper emocionados de cómo se está volcando la gente, estamos deseando llegar a Sevilla y poder hacer la entrega del dinero.”
Para colaborar con la causa “todas las aportaciones serán bienvenidas”, la información en torno a la forma de aportar y las informaciones de cada etapa están en las redes sociales que han abierto para la hazaña “Nadando a Santiago 2025”
El cometido principal es el de utilizar esos fondos para adquirir “paneles interactivos para que los niños estén distraídos mientras están en la sala de quimioterapia y radioterapia, también para proyectores para el techo de las salas donde a los críos le estén haciendo TAC y resonancias y están tumbados. Para buscar como dice la asociación “La sonrisa de un niño”.
