Marisa, la mujer de Lepe atacada por dos perros en Reino Unido, relata el horror que vivió: "Mi hijo me decía mami, nos va a matar"
La mujer de Lepe, que recibió 193 puntos de sutura tras el ataque de dos perros Cane Corso, cuenta cómo logró salvar a su hijo de tres años y su intensa recuperación tras la agresión
Una española, herida grave al proteger a su hijo de 3 años del ataque de dos perros en Reino Unido: ha recibido 196 puntos de sutura en la cabeza
HuelvaMarisa Maestre, natural de Lepe, Huelva, es incapaz de borrar de su memoria los instantes más traumáticos de su vida. "MI hijo y yo habíamos estado en el parque, al salir cogimos el coche para ir a comprar. Aparqué, me bajé, y vimos a una vecina con sus dos perros, uno de ellos suelto y el otro agarrado con una cuerda que parecía un cordón de zapatos. Tanto la vecina como los perros nos conocen, no es la primera vez que nos vemos", relata con la voz aún temblorosa.
La tragedia se desencadenó en cuestión de segundos. “Cuando uno de los perros vio al niño salió corriendo hacia él, empezó a olerlo y de un zarpazo lo tiró al suelo. Mi reacción entonces fue inmediata, me tiré sobre él para protegerlo. Entonces vino el otro perro, y se volvió loco con mi cabeza. Yo sentía como me desgarraba. Mi hijo me decía ‘mami, nos va a matar, mira tu sangre’", recuerda.
Todavía no es capaz de explicar cómo fue capaz de reaccionar así. Seguramente el instinto de madre la llevó a proteger a su hijo de solo tres años, que quedó atrapado bajo su cuerpo. “El otro perro intentaba sacar al niño que estaba debajo de mí, pero no sé cómo no lo dejé, no tiene ni un bocado el niño. Me hice una rosquilla y conseguí salvarlo”, asegura, evocando la desesperación y la adrenalina del momento.
En un momento dado, decidió "hacerse la muerta", dejar de moverse, dejar de luchar. "Menos mal que mi hijo ni se inmutó, no dijo nada, aguantó la respiración conmigo, y conseguimos que los perros nos dejaran", narra.
La dueña de los perros presenció el ataque
La dueña de los animales presenció la escena inmóvil y asustada, tanto que terminó desplomándose en el suelo mientras el resto de los testigos allí presentes quedaban atónitos ante lo sucedido. Por suerte una ayuda llegó rápidamente: “una vecina me salvó la vida porque me hizo un torniquete, si no llega a ser por ella no estoy vida", asegura.
Tras eso vino el helicóptero, la UCI y una operación de seis horas y media: "me han dado 193 puntos en la cabeza, me han tenido que reconstruir la oreja y me han hecho hasta tres transfusiones sanguíneas”, relata Marisa.
Lo sorprendente ahora ha sido su rápida recuperación. “Ni los médicos ni la policía pueden creer que me haya recuperado tan pronto, solo en diez días". Por eso hoy ha aprovechado que luce el sol y que sus padres han viajado desde Lepe para acompañarla y ha salido a dar un paseo. Necesita calmar también la mente.
Porque a pesar de haber superado la agresión físicamente, las secuelas psicológicas aún persisten. “A pesar de todo lo que me han hecho y de los puntos, lo que más me duele es el recuerdo. Cierro los ojos y veo a los perros, no me los quito de la cabeza”, confiesa con una mezcla de dolor y miedo contenido.
El propietario de los perros ha sido detenido
El incidente tuvo consecuencias legales inmediatas. Paralelamente al ingreso de Marisa, el propietario de los perros fue arrestado por la Policía bajo sospecha de estar a cargo de ejemplares peligrosos fuera de control, concretamente perros de la raza Cane Corso.
Marisa Maestre ha sabido describir cada momento con detalle, y su testimonio deja claro el valor de la rapidez y la solidaridad en situaciones extremas. "Todo ocurrió tan rápido que no tuve tiempo de pensar, solo quería que mi hijo estuviera a salvo", cuenta.
Hay cosas que le gustaría olvidar, pero por el momento no puede. La voz de su hijo, el olor de los perros, los gritos de algunos testigos, las prisas de los médicos, el besos de su pareja antes de entrar en quirófano... Olvidar el día en el que creyó morir, pero en el que en realidad volvió a nacer.