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Mi hijo tiene altas capacidades, y ahora qué: "Lo primero suele ser la duda y la incertidumbre”

Niño aburrido, recurso. Pexels
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MadridEn España se estima que hay 46.238 alumnos con Altas Capacidades, un número que va en aumentando cada vez más por el conocimiento que tienen docentes y padres para detectarlo en una edad temprana, pero no siempre es fácil de reconocer. Muchos de los alumnos que las tienen no están diagnosticados por la falta de recursos y porque la definición no es un concepto uniforme.

Existen una serie de indicadores que pueden ayudar a reconocer si nuestro hijo tiene ACI (Altas Capacidades Intelectuales) como son la madurez avanzada para su etapa evolutiva, suele realizar preguntas complejas para su edad, elevada curiosidad, utilizar un amplio vocabulario y un lenguaje avanzado, entre otras.

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Ana García Pérez, galardonada como la ‘Mejor Docente de España’ y profesora del Máster en Innovación Educativa de la Universidad Europea, destaca a Informativos Telecinco que “cuando una familia descubre que su hijo tiene altas capacidades, lo primero suele ser la duda y la incertidumbre”, algo común en todas las familias que abordan esta situación.

"Necesita sentirse acompañado, comprendido y querido"

Desde su experiencia, la docente aconseja “tener muy presente que cada niño es único y, aunque pueda aprender a gran velocidad o mostrar intereses muy concretos”, pero ese menor “también necesita sentirse acompañado, comprendido y querido”.

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Tras su avanzada madurez y sabiéndose con capacidades desiguales a otros menores de su edad “a veces, estos niños pueden experimentar frustración, sentirse diferentes o incluso sufrir situaciones de incomprensión o de bullying”, alerta Ana García Pérez.

El fracaso escolar en los niños con ACI es muy alto, los datos hablan de entre en torno al 50% del alumnado, por eso debe de hacerse un seguimiento y un apoyo muy determinado en estos menores.

La docente galardona con los conocidos como ‘Goya de la Educación’ aconseja a las familias acudir a un experto y “seguir los consejos de los especialistas” ya que estos suelen “dar un lugar muy relevante a la educación emocional: que aprendan a conocerse, a gestionar sus emociones y a relacionarse con los demás”.  

“Al final, un niño con altas capacidades necesita un equilibrio entre el desarrollo intelectual y el desarrollo personal. Y, por supuesto, mantener siempre una comunicación fluida con el centro educativo para que las adaptaciones que se hagan en la escuela vayan en consonancia con lo que vive en casa”, resalta la docente.

Identificar y comprender

La coordinadora del Programa de Atención a las Altas Capacidades de los Colegios CEU, Macarena Borrega, explica que, para que un profesor pueda detectar las altas capacidades de un alumno de manera temprana, se encuentran una serie de factores que suelen ser comunes como pueden ser curiosidad elevada, preguntas complejas, alta motivación por indagar en diferentes temas, una capacidad de resolución de problemas con soluciones innovadoras y el cuestionamiento de normas y reglas establecidas.

La experta destaca una tendencia hacia una triple dificultad. En primer lugar, pensar que las altas capacidades se atienden ofreciendo más tareas al alumno, que pasan por ser repetitivas y se puede llegar a interpretar como algo negativo.

En segundo lugar, apunta que, en algunos casos, las altas capacidades conviven con otros diagnósticos, como dificultades de aprendizaje o trastornos del neurodesarrollo. "Esto supone un mayor nivel de reto a la sociedad para atender esta realidad", señala.

Por último, la coordinadora del Programa avisa de un "desarrollo desigual entre las áreas del alumno, ya sea social, psicomotor o afectivo".

Para que el sistema educativo les ayude, la experta en educación hace hincapié en que "hay estrategias claves en el aula para ayudar a estos alumnos a potenciar su capacidad, como adaptar el contenido y ofrecer desafíos adicionales para evitar el aburrimiento y utilizar metodologías activas que fomenten la creatividad y la autonomía". "Cuando se llega al nivel de reto que el alumno necesita, la parte socioemocional tiende a mejorar notablemente", afirma.