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El Gobierno confía en que sus socios le sostengan pese al caso Cerdán y sigue pensando en agotar la legislatura

El Gobierno confía en el apoyo de sus socios y piensa agotar la legislatura
Imagen de la reunión entre Pedro Sánchez y la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, en La Moncloa. EP
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Una vez finalizada la ronda de contactos del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los socios de investidura, convocada de urgencia tras la dimisión del hasta hace unos días 'número tres' del PSOE, Santos Cerdán, el Palacio de la Moncloa confía en que sus aliados parlamentarios sigan sosteniéndoles y la legislatura pueda avanzar hacia 2027 sin necesidad de adelantar elecciones.

No obstante, la situación es crítica y admiten que el futuro del Gobierno se encuentra en riesgo y depende de la aparición de nuevos audios o conversaciones que comprometan a miembros del Ejecutivo. Sin embargo, y a pesar de las críticas lanzadas en público por los socios, creen haber superado este primer examen.

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El informe de la UCO publicado la semana pasada que apunta a Cerdán como receptor de mordidas por adjudicaciones irregulares obligó a Sánchez a reunirse en persona con los portavoces de las fuerzas políticas que le hicieron presidente en 2023 para dar explicaciones y escuchar sus peticiones.

Nadie quiere tumbar la legislatura

Por La Moncloa han pasado en los últimos días representantes de Sumar, Junts, ERC, PNV, Bildu y Coalición Canaria, mientras que Podemos y BNG rechazaron acudir. Aparentemente, ninguno ha salido satisfecho de su entrevista con el mandatario.

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La sensación general es que las medidas adoptadas hasta ahora por el PSOE, acotadas únicamente al ámbito del partido, son "insuficientes" y todos han pedido a Sánchez más explicaciones y tomar la iniciativa para superar esta crisis, la más profunda en siete años de Gobierno.

Sin embargo, en el Palacio de la Moncloa mantienen que ninguno de ellos se ha mostrado partidario, ni en público ni en privado, de poner fin a la legislatura, según indican fuentes gubernamentales, y se aferran a ese hilo de vida para seguir gobernando.

Tensión máxima en el Congreso

La tensión entre Gobierno y socios se hizo evidente este miércoles en la sesión de control al Gobierno, donde el portavoz de ERC en la Cámara Baja, Gabriel Rufián, preguntó a Sánchez si podía garantizar que no había corrupción generalizada en su partido y este caso no sería "la Gürtel del PSOE".

Al presidente le molestó profundamente la insinuación de ser el próximo "P.Sánchez" como en su día "M.Rajoy" y respondió diciendo que no se podía convertir "la anécdota" en "categoría", una expresión que después desde La Moncloa admitieron que había sido "desafortunada".

Otros partidos también han expresado su enfado: Coalición Canaria se ha distanciado y ya no garantiza su apoyo a Sánchez y Podemos no le ve "legitimado" para gobernar y cree que su ciclo político ha terminado, según indicó su secretaria general y exministra, Ione Belarra.

En el Gobierno se muestran comprensivos con el enfado de sus socios y dicen compartir su sentimiento de cabreo, pero ven que las cuentas siguen jugando a su favor. Están seguros de que no hay una mayoría alternativa que permita una moción de censura impulsada por PP y Vox y por el momento han despejado la exigencia de una cuestión de confianza.

Además, creen que hay que diferenciar entre las críticas públicas y el sentido de las votaciones, según indicó este mismo jueves el ministro de Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, que asegura que el Gobierno sigue aprobando las iniciativas importantes, como la reforma para disolver las asociaciones franquistas que ha salido adelante con el respaldo de la mayoría de la investidura.