Los educadores del campamento de Bernedo defienden las duchas mixtas "para normalizar los cuerpos" y niegan que se obligara a nadie a desnudarse
Denuncian el "sensacionalismo" y "morbo" generado, además de los "mensajes tránsfobos"
Los mensajes de WhatsApp de una de las niñas del campamento de Bernedo: “Te he dicho que los monitores se duchaban con nosotros”
Vitoria-GasteizAnte la polémica suscitada por la denuncia de algunas familias sobre lo que ocurría en los campamentos de Bernedo (Álava) organizados por la asociación Sarrea Euskal Udaleku Elkartea, los educadores que forman parte del proyecto han hecho público un comunicado en el que denuncian “el sensacionalismo” y el “morbo” con el que se está hablando de lo que allí sucedía y que ha provocado que reciban “ataques y discursos difamatorios contra los educadores”. Defienden las duchas mixtas como forma de “normalizar todos los cuerpos” y "como lugar para desarmar la sexualización", pero niegan que se obligara a nadie a desnudarse frente a los demás. Estos campamentos “son un espacio fundamental para la transformación social”, dicen.
En concreto, sobre las críticas que ha suscitado que las duchas fueran mixtas, lamentan que se les haya acusado de “obligar a niños y jóvenes a desnudarse entre ellos diciendo que no les cuidamos o que les mantenemos incomunicados. Todo ello parte de un relato muy alejado de la realidad”. Así, defienden que las duchas, “son herramientas para trabajar la convivencia, la autonomía y el cuidado mutuo”, en el que además de ser espacios de higiene, “son también oportunidades para normalizar los cuerpos, romper estigmas y superar la vergüenza y la sexualización”.
Con espacios compartidos quieren, según explican, “garantizar lugares seguros para todos los niños y jóvenes, sin necesidad de identificarse en un género concreto”. Reconocen que la desnudez podía generar incomodidad en los chavales, pero descartan que se obligara a los niños a desnudarse frente a los demás y que “ofrecían acompañamiento y alternativas personalizadas en cada caso”. “Sabemos que en esta sociedad, la desnudez se asocia con la sexualidad. Creemos imprescindible trabajar la desexualización de las relaciones de género como vía para protegernos de muchas violencias, y pensamos que las duchas mixtas pueden ser un lugar para desarmar esa sexualización”, añaden.
Los educadores advierten de que “siempre hemos estado en contacto con las familias, y siempre hemos respondido de manera individualizada a sus necesidades y preocupaciones”. En este sentido, los educadores aseguran que las familias sabían que no estaba permitido llevar teléfono móvil a los campamentos, pero que cuando era necesario contactaban con “las familias inmediatamente”.
En el comunicado, explican que este proyecto “autogestionado” está basado “en el feminismo, el euskera y la solidaridad” y que “gracias al trabajo voluntario de los educadores, los campamentos que ofrecemos a los niños y jóvenes de Euskal Herria están disponibles al precio más accesible posible”. En este sentido, recuerdan que “tenemos un recorrido de 50 años, y miles de jóvenes han pasado por este proyecto a lo largo de estas décadas”.
Declaración íntegra de los educadores
Últimamente, ante los mensajes que se están difundiendo sobre los Campamentos Vascos de Bernedo, hemos decidido tomar la palabra como educadores que formamos parte del proyecto. Se han hecho públicas muchas denuncias sobre la manera de actuar en los campamentos, especialmente mencionando las duchas mixtas, acusándonos de obligar a niños y jóvenes a desnudarse entre ellos, diciendo que no les cuidamos o que les mantenemos incomunicados. Todo ello parte de un relato muy alejado de la realidad, utilizando la actividad de los campamentos para difundir mensajes tránsfobos. Además, estas expansiones mediáticas se han sustentado en el sensacionalismo y el morbo, mientras que las conversaciones de comunicación interna las hemos tratado con cuidado y responsabilidad, y por eso hasta ahora no hemos querido pronunciarnos públicamente. Aun así, siempre hemos estado en contacto con las familias, y siempre hemos respondido de manera individualizada a sus necesidades y preocupaciones. Hemos recibido mensajes, ataques y discursos difamatorios contra los educadores tanto en medios privados como públicos. Queremos mostrar nuestro rechazo ante todo ello. Aun así, han sido más numerosos los mensajes positivos y gestos de apoyo que hemos recibido, por lo que queremos agradecer a los niños, jóvenes y personas de nuestro entorno que han estado a nuestro lado.
Entendemos la preocupación generada y la inquietud que ha podido surgir entre las familias que conocen el proyecto. Precisamente por la importancia que damos al bienestar de niños y jóvenes y a la confianza de las familias, queremos dar a conocer nuestra lectura de los hechos. El nuestro es un proyecto autogestionado basado en el feminismo, el euskera y la solidaridad. Gracias al trabajo voluntario de los educadores, los campamentos que ofrecemos a los niños y jóvenes de Euskal Herria están disponibles al precio más accesible posible. Tenemos un recorrido de 50 años, y miles de jóvenes han pasado por este proyecto a lo largo de estas décadas. Cada verano se reúnen cientos de personas en torno a los campamentos, porque creemos que son un espacio fundamental para la transformación social, desde el ocio participativo hasta la educación transformadora. El voluntariado y la autogestión son nuestros pilares, y el proyecto sigue vivo gracias a la implicación activa de los jóvenes, que además de participar también organizan, evalúan y mejoran el funcionamiento del proyecto. Este proyecto sigue vivo gracias a su implicación y aportación, además de sus dudas e inquietudes.
Ante las mentiras difundidas, no podemos dejar de decir que en cada turno tenemos una docena de visitas médicas, y que se informa previamente a las familias de que no se permite llevar teléfono móvil a los campamentos. En cualquier caso, cuando hay necesidad, nos ponemos en contacto con las familias inmediatamente, y tratamos de responder con la máxima profesionalidad y cuidado a las necesidades de los niños y jóvenes, situando siempre sus necesidades en el centro. Por otro lado, rechazamos de forma absoluta los ataques tránsfobos que hemos recibido por medios privados y públicos en relación con el tema de las duchas mixtas, porque han sido mensajes de odio difundidos tanto en redes sociales como en medios de comunicación.
Ante esto, consideramos necesario aclarar nuestros fundamentos ideológicos y explicar las razones de nuestra forma de actuar. Nuestro proyecto educativo se basa en valores transfeministas, con el objetivo de crear espacios seguros para todas las identidades y cuerpos. Con la diversidad como base, queremos garantizar una educación que respete a cada persona en su singularidad. Desde esa perspectiva trabajamos para romper estereotipos de género y ver las diferencias como oportunidades educativas. Las actividades en los campamentos, incluidas las duchas, son herramientas para trabajar la convivencia, la autonomía y el cuidado mutuo. Estas, además de ser espacios de higiene, son también oportunidades para normalizar los cuerpos, romper estigmas y superar la vergüenza y la sexualización. En nuestra sociedad, las duchas y baños dividen a las personas según una lógica binaria y de género. Esa separación, además de excluir cuerpos e identidades, genera incomodidad y discriminación. Con espacios compartidos queremos garantizar lugares seguros para todos los niños y jóvenes, sin necesidad de identificarse en un género concreto.
Esta propuesta no es solo política, también es ética: cuestionar el binarismo impuesto para ayudar a construir entornos más habitables y dignos. No se trata de obligar a los niños y jóvenes a desnudarse, sino de ofrecerles espacios de reflexión sobre el cuerpo y de ofrecer recursos para pensarlo. Nuestros espacios son educativos y seguros, y tomamos tiempo para escuchar y trabajar sus dudas y preocupaciones. Sabemos que en esta sociedad la desnudez se asocia con la sexualidad. Creemos imprescindible trabajar la desexualización de las relaciones de género como vía para protegernos de muchas violencias, y pensamos que las duchas mixtas pueden ser un lugar para desarmar esa sexualización. También sabemos que la carga social de la desnudez puede generar incomodidad en los niños y jóvenes. Por eso tratamos de trabajar siempre con responsabilidad y compromiso hacia su bienestar. Nos esforzamos en garantizar espacios seguros, supervisando y cuidando las duchas como cualquier otra actividad, sin obligar a nadie a desnudarse frente a los demás, y ofreciendo acompañamiento y alternativas personalizadas en cada caso. Todo esto, además, es fruto del trabajo profundo que realizan los educadores antes y durante los campamentos. A lo largo de los turnos se abordan temas relacionados con el género, y los educadores intentamos ser referentes y espacios de apoyo, aunque sabemos que para algunos sigue siendo un entorno extraño. Aunque somos conscientes de que cambiar esta situación de raíz es difícil en solo 15 días, creemos que merece la pena el esfuerzo porque los resultados positivos se ven año tras año. Para terminar, queremos agradecer a quienes apoyan el proyecto, así como a quienes nos han mostrado su apoyo frente a los ataques sufridos. Desde el euskera, el feminismo y la solidaridad, tenemos como objetivo el disfrute y la educación de los niños y jóvenes, y creemos que es imprescindible garantizar modelos educativos como este. El compromiso de toda la comunidad es necesario para ello. Seguiremos trabajando en esa dirección.
Los y las educadoras de los Campamentos Vascos de Bernedo