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Salir o quedarse en el coche: la DGT explica qué hacer en caso de una emergencia en carretera

Un plácido viaje por carretera puede derivar repentinamente en una situación de emergencia
Un plácido viaje por carretera puede derivar repentinamente en una situación de emergencia. Unsplash
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Cuando un conductor se enfrenta a una situación de emergencia provocada por algún riesgo meteorológico o de otra índole, como el frío, el calor intenso, los incendios, las nevadas o los vientos fuertes, es crucial que sepa cómo actuar. Muchas veces, una de las dudas más frecuentes es sobre si es mejor salir del coche o quedarse dentro. Vamos a analizar una serie de situaciones y qué es lo más conveniente a criterio de la Dirección General de Tráfico (DGT) y la Dirección General de Protección Civil y Emergencias (DGPCyE).

Qué hacer en caso de lluvias intensas y posibles inundaciones

El ejemplo de la DANA de Valencia nos ha demostrado que los vehículos pueden acabar siendo un peligro en caso de que la situación de lluvias acabe en inundaciones y riadas. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) establece el baremo de riesgo por precipitaciones en lo que se consideran lluvias fuertes (entre 15 y 30 mililitros a la hora). Por supuesto, dicho riesgo aumenta en caso de lluvias muy fuertes (entre 30 y 60 mm por hora) o torrenciales (por encima de 60 mm por hora).

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En estos casos, las lluvias intensas pueden acabar derivando en crecidas, por lo que, si se tiene que viajar con previsión de lluvias fuertes, muy fuertes o torrenciales, se recomienda no circular cerca de ríos, ramblas, torrentes secos y zonas bajas de laderas por ser zonas donde podríamos vernos sorprendidos por la crecida.

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En caso de que las lluvias acaben produciendo inundaciones, algo que suele pasar sobre todo con lluvias torrenciales, la recomendación sería acudir a la zona más alta posible. En este caso, hay que tener en cuenta que la fuerza del agua podría arrastrar el vehículo, por lo que conviene no confiarse y pensar que podemos cruzar ciertas zonas repletas de agua, porque, aunque a simple vista pueda parecer un tramo que se puede cruzar, nunca se sabe si es más profundo de lo que parece. Como decíamos, no conviene quedarse en el vehículo por si es arrastrado, así habría que buscar una zona alta si salir del coche es seguro y la corriente no nos va a arrastrar a nosotros.

Si las precipitaciones tienen forma de tormenta eléctrica y nos quedamos bloqueados, la recomendación es que, a falta de mejor refugio, se permanezca dentro del vehículo con las puertas cerradas, ventanillas subidas y el motor apagado.

Cómo actuar frente a un incendio

Otra de las hipótesis a nivel de emergencia es que nos encontremos con un incendio forestal, una situación por desgracia demasiado frecuente sobre todo en verano. Si el incendio lleva un tiempo activo, no deberíamos encontrarnos de frente con él, puesto que los efectivos ya deberían haber hecho cortes preventivos en carreteras para facilitar la operativa de los medios de extinción, así como proteger del humo y fuego a los usuarios de la vía.

Sin embargo, si se acaba de producir y todavía no han acudido las autoridades, se recomienda que no se atraviese nunca, bajo ninguna circunstancia. Hay que tener en cuenta que, aunque solamente parezca que lo que vamos a atravesar es una columna de humo, la falta de visibilidad podría hacer que nos desorientemos (con el riesgo de alcances y colisiones que eso supone) y, en caso de permanecer mucho tiempo, podamos intoxicarnos. Si nos quedamos atrapados en una carretera en medio de un incendio, la recomendación oficial es no abandonar tu vehículo salvo que sea imprescindible porque el ofrece cierta protección contra el calor y las llamas. Para ello, nos detendríamos con las ventanillas subidas y el sistema de ventilación apagado para evitar que entren gases tóxicos en el habitáculo. Para aumentar la visibilidad en medio del humo, deberíamos encender las luces del coche y las de emergencia para alertar al resto de conductores.

El coche, refugio seguro en caso de nevada

Otro fenómeno meteorológico extremo puede ser que las precipitaciones lleguen en forma de nieve y esta se acumule haciendo que la carretera quede completamente cubierta de blanco. La recomendación es hacer caso a las previsiones meteorológicas, evitando salir en estas circunstancias. Si no queda más remedio, habría que realizar una serie de acciones a modo preventivo: tener el depósito lleno y circular de día como preferencia sobre la noche nevada.

Si nos quedamos atrapados en medio de una nevada, la recomendación sería en este caso quedarnos dentro del coche con el motor encendido, así como la calefacción, para evitar una hipotermia. Deberíamos, eso sí, renovar el aire dentro del habitáculo del vehículo cuando sea posible. Otro aspecto muy importante es asegurarnos de que el tubo de escape no se ha taponado a causa de la nieve, lo que podría provocar una intoxicación por gases en el interior del coche.

Temperaturas extremas a causa del calor

El último supuesto es el opuesto al caso anterior, circular con temperaturas extremas que se consideren ola de calor. En estos casos, nuevamente, la primera recomendación es no circular en dichas condiciones, porque con altas temperaturas, el riesgo de accidente aumenta hasta un 20%. Si no queda más remedio, deberíamos hidratarnos de forma abundante y que la comida sea rica en sales minerales, para intentar mitigar la sensación de deshidratación.

En caso de que paremos el vehículo, no deberíamos quedarnos dentro ni personas ni animales, aunque solamente sea por unos pocos minutos. El calor extremo, que se puede acrecentar unos cuantos grados dentro del habitáculo, sumado a la falta de ventilación pueden provocar que se produzca un golpe de calor. En vez de quedarnos expuestos a que esto suceda, habría que abandonar el vehículo y buscar el lugar más fresco y a la sombra posible.