El viento, "muy cambiante", está siendo la principal complicación en las labores de extinción
Los últimos incendios en la provincia de Ávila presentan "claros indicios de intencionalidad"
El incendio declarado entre Cuevas del Valle y Mombeltrán, en la zona sur de Ávila, donde bomberos, militares de la UME y otros efectivos trabajan incansablemente desde hace ya tres días, continúa avanzando descontrolado. El fuego habría conseguido saltar un cortafuegos y se dirige a Arenas de San Pedro, aunque los bomberos aseguran que no corren ningún peligro. Por ahora, el objetivo sigue siendo el mismo: atacar los flancos de manera directa e indirecta para evitar que llegue a las poblaciones.
Con las llamas abriéndose paso pese a todos los esfuerzos del operativo desplegado en la zona, el jefe de servicio de incendios de la Junta de Castilla y León, Ángel Sánchez, ha recalcado que “el trabajo es muy duro porque el relieve es bastante abrupto”, a lo que se suma que se están encontrando con “cambios de dirección constantemente”.
Tratando de anticiparse en ese sentido a los cambios meteorológicos, y priorizando la seguridad de las poblaciones, las medidas aplicadas afectan a unas 4.000 personas, habida cuenta de que en estas fechas, además, estos núcleos poblacionales incrementan el número de personas habitual por las fechas vacacionales del verano.
Tercera noche de confinamientos por el incendio de Ávila
En la que es la tercera noche de confinamientos por el incendio en el sur de Ávila, de este modo, localidades como Mombeltrán y El Arenal han tenido que asumir los desalojos, mientras las llamas y el humo se han apoderado de los dos municipios.
Aunque justo el martes se levantó el confinamiento de Mombeltrán, otra vez se ha enfrentado a esta medida ante un fuego muy vivo que se mantiene bajo el Índice de Gravedad Potencial 2 (IGP2).
El viento, “muy cambiante”, principal enemigo frente a las llamas
Para aplacar las llamas, más de medio millar de efectivos, con múltiples refuerzos aéreos, luchan en unas labores de extinción que se han visto sumamente complicadas por las rachas de viento, las elevadas temperaturas, la propia orografía del terreno y la vegetación que ha ejercido como combustible.
El hecho de que el viento sea además “muy cambiante”, ha propiciado que los efectivos tengan que poner medios “en todo el perímetro” sin poder centrarse “en una zona clara” del incendio, según ha explicado José Ángel Arranz, director general de Patrimonio Forestal y Política Forestal de la Junta.
En esta situación, hoy el operativo vuelve a enfrentar unas condiciones de extrema dificultad.
Entre tanto, se calcula que las llamas, originadas por un incendio cuyos indicios “apuntan a la intencionalidad”, ya han arrasado más de 2.000 hectáreas.
