Historias detrás de la Lotería: desde el bar que regaló el Gordo hasta los jubilados que compran el que nadie quiere

  • En el restaurante Pepe compran siempre el mismo número, que suelen regalar a clientes y amigos

  • En Utrera, la suerte tocó doble, en la localidad cayó el cuarto premio y el sorteo de la ONCE

  • En el hogar de jubilados de Fuente del Maestre tienen una norma, comprar el que nadie quiere

El dueño del Restaurante Pepe, en San Vicente del Raspeig, compra el mismo número desde que regenta el bar. Cada año lo reparte entre clientes y amigos, ya que la mayoría de los décimos no son comprados, sino regalados. En total ha repartido 24 millones de euros, un regalo que ninguno olvidará. Hoy, todavía no se creen que el gordo haya tocado en su bar, aún no saben ni cuantos décimos repartieron, aunque calculan que unos 60.

Basilio y su mujer cuentan que fue un shock enterarse de la noticia, él tiene 67 años y a pesar de que está jubilado, no ha dejado de ayudar a su mujer. Ella, dice que ya ha llegado la hora de que Basilio pueda descansar, piensan que una vez que hayan cumplido con todas sus reservas, echarán el cierre y disfrutarán de la jubilación. Su hijo, Basilio, también ha sido uno de los afortunados, dice que no sabe qué hará con el dinero, pero que está contento de compartirlo con familias que se lo merecen.

Ayer, se fueron 49 personas a comer para celebrarlo, a pesar de que en un principio los dueños del restaurante dijeron que darían el servicio de comidas, ya que tenían reservas. Pero como contaba el propietario del bar, fue imposible. Los afortunados y los que querían celebrar con ellos su dicha llegaron al poco de conocer la noticia, eran tantos que no podían trabajar para cubrir las reservas.

En Utrera, Sevilla, doble fortuna. Por la mañana conocieron que les había tocado el cuarto premio de la lotería de Navidad, por la noche, la ONCE. Es la administración de lotería más longeva de la localidad, tanto que no saben en qué fecha exacta se produjo la apertura. Desde que se juega la lotería de Navidad se decidieron por un número, el 41710, no fue una casualidad, se trata del código postal del municipio. Ese es el motivo por el que muchos de los utreranos se decidan por este número en concreto, de entre tantos que posee la administración.

Precisamente, el cariño que tienen hacia este número, fue el motivo de que las trabajadoras de la administración decidiesen regalárselo a una ONG. Lo cuenta Belinda Montoya, propietaria de la administración, ella y una compañera acudieron a la asociación para ver su decoración. Belinda ya conocía que en esta ONG decoran todo por navidad, y quería enseñárselo a su compañera. Salieron encantadas de allí y volvieron al local, justo al llegar un cliente hizo una gran compra. Ambos pensaron que el Papá Noel al que fueron a ver en la asociación les había dado suerte. Fue entonces cuando volvieron a la ONG a regalarles un décimo de su número favorito. Belinda piensa que el Papá Noel fue el encargado de que ayer en Utrera se repartieran 26 millones.

La dicha continuó por la noche, cuando se enteraron de que había tocado además el premio de la ONCE del fin de semana. Uno de sus afortunados cuenta hoy por qué compró este cupón, cuando no suele hacerlo. El pasado 30 de marzo él y su familia fueron atropellados por un conductor ebrio. De sus tres hijos, solo la más pequeña salió ilesa, todos los demás miembros de la familia sufrieron heridas. Al acudir a la administración le ofrecieron el cupón, en principio lo rechazó porque no suele comprarlo. Sin embargo, le dijeron que había una estadística que decía que una persona tiene las mismas posibilidades de que le atropellen que de que le toque la lotería. Fue lo que le animó a comprarlo, ayer se enteró de que había sido uno de los afortunados.

Parte del segundo premio cayó en Extremadura, concretamente en Fuente del Maestre. En esta comunidad se repartieron 16 millones de euros, gran parte de los cuales por el número 10989, el segundo premio de la lotería. Muchos de los décimos fueron vendidos en el hogar de jubilados de la localidad, que apenas cuenta con 6.800 habitantes.

En el hogar de jubilados de este municipio pacense tienen una norma, cada año cambian de número, siempre han de elegir el que “no quiere nadie”. Al ir a la administración preguntan cuál es el número del que más décimos les queda, ese es el elegido. Así, tienen suficientes décimos para todos los jubilados que acuden al hogar. En este caso, repartieron 75 premios de 125.000 euros. Hoy, lo han celebrado con un desayuno y planificando el viaje que van a hacer todos juntos.