Los mensajes ocultos del anuncio de la Lotería de Navidad 2025, un reflejo de los grandes paradigmas de la sociedad actual
Ya ha salido el nuevo anuncio de la Lotería de Navidad, basado en la historia de un décimo premiado que nunca se cobró
Así es el emotivo anuncio de la Lotería de Navidad 2025: ¿por qué una persona no cobraría un décimo premiado?
A estas alturas del mes de noviembre, podemos decir que la Navidad está ya a la vuelta de la esquina. Más aún cuando, como cada año, ya se ha hecho público el anuncio de la Lotería, con la intención de que todos los ciudadanos españoles comiencen a soñar. Arranca así uno de los periodos más bonitos del año, en el que afloran la ilusión y la esperanza que culminará el próximo 22 de diciembre, cuando tenga lugar el Sorteo Extraordinario.
Para animar a la sociedad comprar los décimos, Loterías ha creado un entrañable spot, acorde con la emotividad de estas fechas, en el que una pareja de jóvenes encuentra un décimo enmarcado en El Rastro de Madrid. Ella, obsesionada con saber por qué alguien metería un décimo de Navidad en un marco, investiga a través de Internet y descubre que, efectivamente, el número fue premiado con un quinto premio hace ya más de 30 años.
Más allá de la bonita historia que se esconde detrás del décimo y que demuestra que siempre hay cosas más importantes que el dinero, el anuncio está lleno de referencias a los problemas y realidades sociales más relevantes de los últimos tiempos. Al igual que el spot del año pasado, que se centraba en las dificultades económicas de los habitantes de la España vaciada (solventada por la magia de las redes sociales), esta vez, la pieza lanza varios mensajes subliminales acerca del precio de los décimos, de la forma de vivir de los jóvenes emancipados (y no emancipados) y de la de los malogrados pensionistas.
El rastro de Madrid y el regateo del precio del décimo
La elección del Rastro de Madrid como escenario principal del anuncio es un bonito homenaje a uno de los centros neurálgicos de la ciudad, que permaneció cerrado durante los años más crudos de la pandemia del coronavirus. La pareja que pasea mirando puestos y que encuentra el décimo enmarcado es la primera que se queja del precio que le pone el comerciante, pues pide por él 20 euros, cuando ni siquiera es un boleto válido. Ella regatea y le ofrece 10 euros, que el vendedor acepta con resignación; un eco de la petición que los loteros han hecho para que el precio de los décimos suba 5 euros (hasta 25) pues "llevan toda la vida costando lo mismo".
Compras y bilingüismo: el lifestyle de la Generación Z
Cuando la pareja vuelve a casa con su marco, el anuncio les presenta como un chico y una chica que han tenido la suerte de independizarse, viviendo juntos en un piso acomodado. Los dos tienen importantes trabajos en oficinas - él hasta mantiene una reunión en inglés - y ella, aparece también en otros contextos lúdicos, como ir a yoga o salir de compras, dos prácticas que podemos ver con facilidad en el muro de cualquier influencer de hoy en día.
La dificultad de jubilados y treintañeros para vivir solos
Por contra, cuando encuentran al dueño del viejo décimo, observamos una realidad social muy distinta. La de un joven de 30 años (al que iba dedicado el mensaje escrito detrás del boleto, en el día de su nacimiento) que sigue viviendo en casa de su madre y junto a su abuelo, jubilado ya, que tampoco parece poder vivir por sus propios medios.