Sorteo de Navidad

Cómo se eligen a los niños de San Ildefonso y por qué cantan en la Lotería de Navidad

Los niños de San Ildefonso anunciando el Gordo.. EFE
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Cada 22 de diciembre, millones de españoles esperan con emoción el momento en que los niños y niñas del Colegio de San Ildefonso suben al estrado del Teatro Real de Madrid para cantar los números y premios del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. Es una de las imágenes más emblemáticas de estas fechas, pero ¿quiénes son esos pequeños? ¿Cómo se les elige? ¿Y por qué precisamente ellos tienen este papel?

Un centenario ritual que se remonta al siglo XVIII

La tradición de que los alumnos del Colegio de San Ildefonso canten los números de la Lotería Nacional empezó hace más de 250 años. Según registros históricos, el primer niño en cantar en un sorteo fue Diego López el 9 de marzo de 1771, durante el reinado de Carlos III, y desde entonces la presencia de los niños ha sido una constante en los sorteos oficiales, incluido el de Navidad desde que se institucionalizó en 1812. Esta práctica devino en parte por la historia del propio colegio, fundado en el siglo XVI como institución educadora para niños en situación desfavorecida, inicialmente huérfanos, y que con el tiempo pasó a ser un centro escolar público de la Comunidad de Madrid. 

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Aunque no existe un documento que explique con absoluta certeza por qué fue esta escuela la elegida, se señala que su vinculación con la lotería nació de prácticas benéficas antiguas, en las que los alumnos cantaban los números para recaudar aportaciones o por encargos comunitarios, y con los años esa función se consolidó como una tradición icónica. 

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Quiénes son y cómo se eligen

Los protagonistas de esta tradición son niños y niñas matriculados en el propio Colegio de San Ildefonso, con edades que suelen oscilar entre 8 y 14 años. La selección para participar en el sorteo se basa principalmente en tres criterios:

  • Inscripción voluntaria: Los aspirantes se presentan de forma voluntaria entre los alumnos del centro. 
  • Edad y vocalización: Deben tener la edad adecuada para participar y contar con una voz clara y nítida que permita pronunciar correctamente los números y las cantidades durante el sorteo. 
  • Preparación previa: Los niños seleccionados suelen integrarse en la asignatura o actividades extraescolares relacionadas con la Lotería dentro del colegio, donde entrenan regularmente la lectura rápida, la entonación característica y el manejo de las bolas extraídas de los bombos. 

Para el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad de 2025, por ejemplo, participan aproximadamente 28 niños y niñas que ensayan durante semanas, con prácticas dos o tres veces por semana para coordinar la lectura, el ritmo y la sincronización con sus compañeros. 

El porqué de su papel en el sorteo

Una de las grandes peculiaridades de este sorteo es que los números y los premios no se leen, sino que se cantan con una melodía muy reconocible que forma parte del imaginario colectivo español. Esta forma de presentar los resultados tiene una explicación funcional y cultural. Funcionalmente, el canto ayuda a que los números y premios sean más audibles y comprensibles en una sala grande y a través de la radio o la televisión. Culturalmente, esa entonación ha acabado convirtiéndose en un símbolo emocional del sorteo, similar a un canto ritual que acompaña a uno de los eventos navideños más esperados del país. 

Además, el hecho de que sean niños quienes entonan los números añade un elemento de inocencia, tradición y emotividad, que refuerza el carácter colectivo y festivo del sorteo. La asociación entre las voces infantiles y la ilusión de la Navidad ha trascendido generaciones, convirtiéndose en una imagen tan arraigada como la propia lotería. 

Una experiencia formativa para los pequeños

Para los que participan, cantar en el sorteo es una experiencia inolvidable. No solo se trata de aprender una rutina de lectura, sino también de enfrentarse al público y gestionar los nervios de un evento cuya audiencia supera a menudo los cinco millones de espectadores entre televisión y radio. Tal como comparten algunos de los participantes, manejar los nervios y aprender a concentrarse en la voz es parte de la formación que reciben en las semanas previas al sorteo. 

Además, el proceso de aprendizaje impulsa habilidades de lectura, trabajo en equipo y presencia en público, cualidades que los niños llevan consigo más allá del sorteo. La experiencia los pone en el centro de una tradición nacional que mezcla historia, responsabilidad y comunidad.

Los niños y niñas de San Ildefonso no solo cantan números: encarnan una tradición que ha viajado por más de dos siglos de historia española. Su presencia en la Lotería de Navidad es un puente entre pasado y presente, entre el rigor de un sorteo oficial y la emoción colectiva de celebrar la esperanza de millones de personas. Con cada número cantado, no solo se anuncia un premio: se renueva una costumbre que sigue emocionando a toda una nación.